Unos vecinos muy especiales

Noelia Tadeo
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Once cabezudos y dos gigantes hacen las delicias de los más pequeños que esperan ilusionados a las puertas del Ayuntamiento para verlos salir

Unos vecinos muy especiales

Sus generosas dimensiones, sus colores vívidos y su peculiar imagen en general hacen que estos sean unos de los vecinos más especiales de Aguilar de Campoo. Se trata de los gigantes y los cabezudos.

No faltan en los festejos patronales y sus salidas por las calles de la villa galletera se convierten en uno de «los momentos más bonitos para los más pequeños», según señala el concejal de Festejos, Giovanni Peláez Sáez.

En total son dos gigantes y once cabezudos los que con sus bailes, pequeños pasos y pericia invitan a los benjamines a disfrutar de una jornada diferente.

Este año son seis las salidas a la calles de estos vecinos y lo más peculiar es que «los niños están en la puerta del Ayuntamiento media hora antes golpeando la puerta para que salga», explica Giovanni Peláez Sáez. Aunque esto no evita que una vez los tengan delante el miedo les invada. Eso sí, el temor por estos personajes no dudará mucho, pues pronto comienzan las carreras y las carcajadas. 

Los personajes. El rey y la reina son los dos gigantes aguilarenses. Altos y con túnicas hasta los pies hacen que su imagen sean aún más imponente. Además, esta pareja tan solo sale de la casa consistorial los días más señalados de la programación festiva: el 24, San Juan, y el 29, San Pedro, por lo que todavía hay una oportunidad por delante para fotografiarse con ellos. 

Por su parte, los cabezudos forman un grupo de once con Drácula, el payaso, el pirata, la rata, la bruja, Popeye, el dragón, el torero, el diablo, el marinero y la galletera. Todos ellos salen a las calles con sus escobas para golpear, de forma cariñosa, a cuantos se crucen en su camino, siempre bien acompañados por la música más animada.

Con picardía y humor, los trece personajes hacen que cada paseo sea una experiencia única y este es un trabajo de los trece voluntarios que se encuentra detrás de cada una de estas caretas y dentro de los trajes. «Levan muchos años sacándolos, algunos pertenecen a peñas y otros no», pero a todos «les encanta» y «lo viven de una manera especial», señala el concejal.

Es más, incluso son los encargados de su mantenimiento, ya que si tras las fiestas descubren «pequeñas rozaduras o golpes lo intentan arreglar», concluye Giovanni Peláez Sáez.