Tesla presentó el Cybercap, el primer prototipo de taxi sin conductor del fabricante estadounidense de vehículos eléctricos que según el fundador de la compañía, Elon Musk, pasará «a los libros de historia».
Llamado a competir con Waymo, la filial de vehículos autónomos de Alphabet, la matriz de Google, el Cybercap promete ser el revulsivo para que los inversores de Tesla vuelvan a confiar en la compañía automovilística, que ha perdido más de un 3 por ciento de su capitalización en lo que va de año.
Tesla podría tener operativo este servicio de taxis autónomos entre 2025 y 2026. En 2019 Elon Musk señaló que estaba «muy seguro» de que el fabricante comenzaría a operar robotaxis en 2020, algo que no llegó a materializarse finalmente.
El vehículo, que llegará al mercado en dos años si no sufre ningún retraso, tendría un rompedor precio de partida inferior a los 30.000 dólares. Esto será posible gracias al uso de la plataforma de tercera generación de la compañía, que promete una importante reducción de costes respecto a sus arquitecturas anteriores.
El Cybercab es un aerodinámico biplaza dotado de unas llamativas puertas con apertura de tipo «mariposa». Se trata de un coche autónomo de nivel 5, ya que carece de volante o pedales; es decir, debería ser capaz de conducir de forma automática en cualquier situación, ya sea por ciudad, por secundaria o por autovía.
La carrocería del prototipo de la compañía estadounidense está pintada en un tono dorado; además, carece de luna trasera, si bien cuenta con un gigantesco portón para el maletero. Aunque no tiene un aspecto tan radical como la Cybertruck, sí que incluye algunos guiños a la peculiar pick-up como los finos grupos ópticos delanteros y traseros, que cruzan la carrocería de lado a lado.
El coche utiliza «visión por ordenador» y una tecnología de inteligencia artificial (IA) denominada aprendizaje automático de extremo a extremo que traduce las imágenes en decisiones de conducción.
«Con este lanzamiento, creo que estamos cerca del momento ChatGPT para los robotaxis, cuando despegarán de verdad», precisó Crijn Bouman, consejero delegado de Rocsys, una empresa de soluciones de carga de vehículos eléctricos manos libres.
El sector también ha sido testigo de numerosos incidentes de atascos y vehículos bloqueados. Algunos estados de EEUU han aprobado leyes que legalizan el uso de coches autónomos, pero cada uno tiene sus propios requisitos. De momento se permite la conducción autónoma de nivel 3, lo que significa que debe haber un humano en el asiento del conductor y ser capaz de tomar el control en caso necesario.
Por el contrario, en los países europeos, la normativa sobre conducción autónoma es más estricta. De momento, solo se ha aprobado la fase 1, que simplemente permite la conducción autónoma. «Estamos asistiendo a una adopción generalizada de los robotaxis en EEUU y China, pero Europa se está quedando cada vez más rezagada», afirma Bouman.