No es un fenómeno nuevo. El pasado mes de abril, sin ir más lejos, Interior movilizó a las Fuerzas de Seguridad tras aparecer en medios yihadistas una foto con la consigna «Matarlos a todos» y el nombre de los cuatro estadios donde se iban a jugar los cuartos de final de la Copa de Europa de fútbol, dos de ellos en Madrid (el Santiago Bernabéu y el Civitas Metropolitano, uno en Londres y otro en París.
Ahora, con los Juegos Olímpicos recién estrenados y a algo más de un mes de la Copa de América de Vela en Barcelona y de la Vuelta Ciclista a España, las Fuerzas de Seguridad vuelven a estar en plena alerta ante la amenaza yihadista, realizando un seguimiento muy intenso.
No en vano, este tipo de acontecimientos deportivos pueden ser una oportunidad para la acción terrorista, aunque, por el momento, no se han detectado indicios de la posibilidad de un ataque «sofisticado» en ninguno de esos eventos, si bien los cuerpos policiales españoles, en coordinación con los europeas, están «muy vigilantes», sobre todo por las acciones, menos preparadas y menos previsibles, de los conocidos como lobos solitarios, siempre insospechados.
Así lo señala el director del Centro Nacional contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), el general de División de la Guardia Civil Manuel Navarrete, con motivo de décimo aniversario de esta entidad, perteneciente al Ministerio del Interior.
Hace tres meses, en la monitorización de las redes sociales que los investigadores hacen de forma continua, se detectaron mensajes radicales de amenaza contra próximos eventos deportivos por parte de organizaciones afines a Dáesh.
Y ante estas amenazas, España ha querido participar en el dispositivo de seguridad que las autoridades galas han dispuesto para proteger la celebración de los Juegos Olímpicos que se extenderán hasta el próximo 11 de agosto. De este modo, el Ministerio del Interior desplazó hasta el país vecino a más de 300 agentes: 171 policías nacionales y 142 guardias civiles. De hecho, París se blindará con un dispositivo de 45.000 agentes.
Los efectivos españoles también formarán parte de la seguridad para los Juegos Paralímpicos, programados a continuación entre el 28 de agosto y el 8 de septiembre.
Acciones individuales
¿Hasta dónde preocupan estas amenazas? Navarrete no les resta importancia y asegura que desde el CITCO se está haciendo un seguimiento de ellas «en todos los ámbitos».
Cuando hay un acontecimiento relevante, como serían los deportivos mencionados, el centro cuenta con planes específicos de obtención e información, de análisis de esos datos, que se ponen a disposición de las Fuerzas de Seguridad y de las autoridades para que tomen las decisiones pertinentes.
Ante eventos como el Tour de Francia, la Eurocopa, los Juegos Olímpicos o la Copa de América, además de la evaluación ordinaria de la amenaza, Interior reunió a las distintas fuerzas de seguridad «para hacer una valoración de mayor entidad y específicamente sobre estos acontecimientos», explicó.
Los cuerpos policiales, el Centro Nacional de Inteligencia, el Departamento de Seguridad Nacional, las policías autonómicas tuvieron presencia en esta cumbre. «Todos hacen su exposición, analizamos los indicadores que tienen y hacemos un plan para su seguimiento», detalló.
«Actualmente -apostilló- estamos viendo que no tenemos ninguna noticia de que ataques sofisticados puedan incidir en ninguno de los eventos, pero insisto: seguimos muy vigilantes».
No obstante, es «mucho más difícil prever que haya una actuación individualizada», con el uso de «elementos muy rudimentarios, como hemos visto últimamente en Europa, como terroristas que atacaron utilizando un cuchillo, un coche o un hacha».
También hay que hacer un rastreo de todo eso que aparece en el radar. Se hace con un plan de inteligencia que «intenta identificar cuanto antes la amenaza, reducirla y, si es posible, quitarla de la ecuación», es decir, que no llegue a producirse el ataque terrorista.
Como muestra de la actividad policial, Navarrete recuerda que en lo que va de año la cifra de detenidos por terrorismo yihadista se aproxima al medio centenar. Muchos de esos arrestos es por amenazas, captación y radicalización, sobre todo a través de Internet.
Tras valorar el envío a Francia de policías y guardias civiles para ayudar en el operativo galo, Navarrete no pasó por alto el plan de cooperación e intercambio de información con el país vecino.
En España también se reforzará la seguridad en «determinadas situaciones». «Estamos muy ocupados en todo ello», enfatizó.
De todos modos, el director del CITCO está seguro de que va a ir todo bien y tranquiliza a aquellos que vayan a desplazarse a Francia a presenciar los Juegos Olímpicos.
«Yo les animo a que vayan. Mis hijos seguramente estarán por allí. Creo que hay que hacerlo. En la vida todo tiene algún tipo de riesgo. Los que trabajamos en seguridad intentamos reducirlo al mínimo. Que vayan, que se diviertan y que gane España», comentó.
Lazos con la inmigración
Por otra parte, las conexiones del yihadismo con las redes de tráfico de migrantes están constatadas. Navarrete apunta a uno de las contingencias que detecta la última estrategia de seguridad nacional, que hace hincapié en las conexiones «puntuales» entre este terrorismo y las redes de comercio de personas.
«Valoramos cualquier riesgo», afirmó rotundo. Y reconoce que las mafias que trafican con inmigrantes «no hacen ninguna distinción». «Si alguien está vinculado a un grupo terrorista o no, no se lo van a preguntar ni le van a hacer un precio especial».
Pero los radicales pueden utilizar las vías que sea para infiltrarse. Por ello, las Fuerzas de Seguridad no bajan la alerta. «Es algo que está dentro de los parámetros que permanentemente vigilamos», recalcó.
«¿Ha habido ocasiones en que personas vinculadas a grupos terroristas han utilizado estas redes para entrar en España y Europa? Sí. Y ha habido detenciones también. ¿Nos preocupan los posibles terroristas extranjeros, que alguno de ellos pueda utilizarlo? Sí. Y para eso tenemos una cooperación tanto a nivel español como a nivel europeo, para identificarlos cuanto antes», subrayó por último.