Era algo cantado, aunque desde el club colegial (como siempre) fuesen herméticos: Marco Justo no seguirá siendo técnico del Zunder. Hay que leer las manifestaciones de sus dirigentes entre líneas, descifrarlas. «Veremos si hay que cambiar a medio plazo», decía el presidente Gonzalo Ibáñez a este periódico. «Es una final», manifestaba el director deportivo UrkoOtegui, refiriéndose al partido en Granada. Descifrado: si Marco Justo no fue cesado tras el encuentro en Gran Canaria fue porque no había tiempo para fichar a un nuevo entrenador cuando se avecinaba el trascendental partido en Granada, «que lo puede cambiar todo», afirmaba Urko. Era una especie de última oportunidad para el técnico canario, se podía entender.
Pero en tierras andaluzas se volvió a caer en la misma piedra. El Zunder volvió a mostrar una fragilidad defensiva que le costó caro, encajando una dura, dolorosa y abultada derrota ante un rival directo por la salvación. Su cese estaba cantado, era cuestión de días. Más bien de horas. Tras el largo regreso en autocar de Granada, la directiva comunicaba en la tarde de ayer su cese. Marco Antonio Justo no continuará al frente del banquillo del Zunder Palencia. «El club agradece al técnico su profesionalidad durante sus meses de trabajo en Palencia y le desea los mayores éxitos en su futuro profesional y personal. Alberto Padilla y Fran Hernández se harán cargo del equipo de la ACB de forma interina». Así rezaba la escueta nota del club colegial. Mañana el cuadro morado viaja a Vitoria para medirse al Baskonia. El domingo, en casa, ante el Zaragoza, posiblemente se siente en el banquillo ya el nuevo entrenador morado.