Puente Agudín vuelve a su día grande

Jesús Hoyos
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Durante el pregón, Gonzalo Santos, Carri, recalcó la importancia de que los pueblos «nunca se queden estáticos» para no desaparecer y recordó el valor de lo que fue principal riqueza de la zona, la trashumancia

Puente Agudín vuelve a su día grande - Foto: Óscar Navarro

Tras 47 de años de celebración ininterrumpida, sorteando incluso las adversas condiciones meteorológicas de la primera edición, que vio cómo una gran nevada caía en pleno julio, el Día de Fuentes Carrionas y la Montaña Palentina se vio obligada a parar en 2020 debido a la pandemia del Covid.

Este año, el virus no impidió su celebración. Las ganas y la disposición del Centro de Iniciativas Turísticas (CIT) de Velilla del Río Carrión devolvieron ayer a los amantes de la Montaña Palentina su ilusión por una fiesta en la que reivindican sus raíces. Lo hicieron donde siempre, en la campa de Puente Agudín, en Cardaño de Abajo, y con la mirada puesta en 2022, cuando el evento, declarado de Interés Turístico Regional, cumplirá 50 años de vida.

Se recuperó así la tradición de convertirse, cada tercer domingo de julio, en el reclamo turístico de la zona, a los pies del pico Espigüete. Ese fue el empeño de Manuel Mediavilla, impulsor de la fiesta de Puente Agudín en el ya lejano 1972. Lo hizo con la intención de promocionar la zona y dotar a la comarca de protagonismo a nivel, no solo provincial o regional, sino incluso nacional.

Puente Agudín vuelve a su día grande Puente Agudín vuelve a su día grande - Foto: Óscar NavarroY es que, a pesar de que la afluencia de asistentes no fue tanta como en los años anteriores a la pandemia, cientos de personas procedentes en su mayoría de la provincia palentina, pero también de Asturias, Cantabria o incluso de Andalucía o Islas Canarias, decidieron pasar una agradable jornada al aire libre, en plena montaña, para reencontrarse con viejos amigos y degustar el guiso del pastor, uno de los momentos estrella del día. 

Tras la misa, y con la misma ilusión que el primer día, Gonzalo Santos, nacido y criado en Velilla y conocido en la zona como Carri, fue el encargado de dar el pregón.

El antaño piragüista comenzó agradeciendo al presidente del CIT de Velilla, Pedro Vargas, su invitación, para después recordar con alegría las montañas y picos que «se yerguen altivos y señeros», como el Espigüete, el Curavacas o el Tres Provincias. Carri destacó que, durante varios siglos, en «esta escarpada geografía», la principal riqueza provenía de la trashumancia por el valor de la lana y la frescura de los pastos. «Desde Extremadura al norte de estas montañas solían tardar un mes en venir andando, recordó, «muy buenos pastores de Otero de Guardo». 

Puente Agudín vuelve a su día grande Puente Agudín vuelve a su día grande - Foto: Óscar NavarroCarri narró cómo, a partir de los sesenta, la trashumancia fue decayendo hasta desaparecer. «Los pueblos nunca pueden quedar estáticos, porque se hacen o deshacen al ritmo que sus gentes les marcan», precisó al tiempo que recordaba los numerosos proyectos pensados para la zona, como la estación de esquí, campings o la prolongación de la carretera de Cardaño hasta San Glorio, pero «falta alguien con capacidad y personalidad en la zona», aseguró. 

El pregonero no se olvidó de otras de las actividades que más turismo atraían a esta «maravillosa tierra»: la caza y la pesca de truchas.

Por último, recitó un particular himno musical de la montaña «que ya se cantaba a principios del siglo XX para recordar a nuestros antepasados». Carri volvió a ser protagonista tras la comida, cuando se enfundó su sombrero y comenzó a interpretar diversos versos junto a su rabel hecho de madera. 

Tras el pregón dio comienzo la degustación del guiso del pastor, elaborado esta edición por Ángel Martínez en sustitución del cocinero mayor Salvador Varela. 

El presidente del CIT de Velilla, Pedro Vargas, declaró que esperaba más asistentes después de que el sábado, la carrera que forma parte del programa de festejos recibiera la afluencia habitual de otros años. «Nosotros también esperábamos mantener los números», dijo Vargas, quien opinó que la fiesta se ha sostenido durante casi 50 años «gracias a la ilusión de los socios y la gente de alrededor». 

«La única salida que tenemos es el turismo y la fiesta es un buen tirón porque la gente responde. Ofrecemos naturaleza pura y dura», añadió. El presidente del CIT aseguró que ya está buscando un relevo generacional tras unos años en los que «hemos tenido muchas visitas y la Montaña Palentina ha dejado de ser una desconocida».  

Todo transcurrió con la normalidad actual que la pandemia permite. Y es que la organización contrató una empresa de seguridad para controlar el uso de mascarillas o el respeto de la distancia de seguridad. «No ha habido ningún problema. La gente se ha portado muy bien», indicó Eduardo Ibáñez, jefe de la organización. 

OTROS EVENTOS. El día estuvo complementado con el Mercado de Artesanía y con dos visitas a la Cueva de Agudín, a cargo del equipo que dirige el experto espeleólogo Pablo Villavieja. «Son guías interpretadas de una hora de duración. La gente se sorprende al ver una cueva completamente natural y salen muy contentos», explicó.