La asociación Nueva Antraca es una entidad sin ánimo de lucro que surgió en Torquemada «como eslabón entre la cultura histórica, socioeconómica, medioambiental y las nuevas generaciones», comenta Isidro Miguel, un representante de la organización. «En ese sentido, nos parecía que había un vacío y queríamos llenarlo estudiando estos aspectos culturales, históricos y medioambientales para que las nuevas generaciones sean conscientes de la realidad que les toca vivir», afirma. Además, «no queremos que se pierdan las cuatro culturas: la del cereal, las bodegas y la del vino, la de las huertas y casillas y la del pastoreo», señala.
El proyecto nació gracias a la gente apasionada por el pueblo, que quiere que se mantenga la cultura en los diferentes ámbitos. «También queremos que todos los que vengan sepan de dónde venimos», explica Miguel. «Hay que mantener y cuidar toda nuestra cultura y entender por qué existe todo». Abunda en el hecho de que «somos un grupo pequeño pero cada vez se amplía más. Empezamos las primeras reuniones hace ocho meses», resalta. Todos estos estudios revalorizan el pueblo para todos aquellos que viven en él o lo visitan», comenta el responsable de la asociación, a la vez que resalta que existen aspectos concretos que los vecinos no conocían. De este modo, nació la idea de crear la organización y así unir todo el trabajo realizado con el objetivo de mantener y conservar todos los lugares y hacerlos visitables y atractivos.
Bajo este prisma, Nueva Antraca organizó en verano la primera reunión a la que estaban invitados todos los vecinos de Torquemada. En el acto celebrado en el Centro Cultural El Silo presentaron el proyecto a los 70 asistentes. Iniciaron el cónclave con una presentación apoyada con imágenes de los objetivos de la asociación propuestos por el encargado Isidro Miguel. A continuación, presentaron los proyectos que están en marcha y para ello recopilaron información del pueblo a través de las personas mayores.
Seguidamente, presentaron el proyecto de recopilación de la historia de San Isidro Labrador, «una asociación que nació en 1903 con el objetivo de ayudar a las personas», explica Araceli Calvo, miembro de este colectivo. Pormenorizaron sobre la actividad que realizaron con los niños del colegio para explicarles la importancia de las bodegas en la localidad. Para ello, creó un programa de aprendizaje junto con la colaboración de la Asociación de Bodegas y el Ayuntamiento. Después, dieron ideas de futuros proyectos y realizaron nuevas inscripciones para dar a conocer la asociación.
También se dieron a conocer los objetivos, que son fundamentalmente la puesta en valor del patrimonio histórico, natural y cultural del pueblo. Además, se expusieron las líneas de trabajo y, para ello, llevaron a cabo un análisis histórico del municipio y de José Zorrilla, el poeta que estuvo viviendo en Torquemada durante varios años. Desde la perspectiva socioeconómica vieron también la evolución que experimentó la economía desde la de subsistencia tradicional hacia otra más avanzada, capitalista.
Desde el punto de vista histórico mostraron la evolución de la población, que está cada vez más envejecida. Es un municipio que ha perdido mucha población pero quiere recuperarla. El apartado de la cultura y de las tradiciones se basa en estudiar la historia cotidiana, la ambientación, las fiestas; «estos elementos que son propios de nuestra cultura y que están también perdiendo valor. Si no analizan, tendrán un impacto negativo porque nuestra generación es la más afectada», expuso Miguel.
En cuanto al patrimonio histórico y artístico, recordó que «tenemos que volver a poner en valor la iglesia Santa Cruz, la ermita de Valdesalce y los yacimientos arqueológicos, que son espacios de la época romana», resalta el dirigente.
Por otro lado, este verano también tuvo lugar el encuentro Con Nocturnidad y Astronomía, al que acudieron alrededor de 200 personas. El acto comenzó con la lectura de los fragmentos de la carta que escribió el jefe indio Seattle al presidente de los Estados Unidos, cuando quisieron comprar sus tierras. También leyeron partes de Antranca, el libro escrito por Anabel López, que fue premiado en 2018 en el Concurso de Relatos. Por último, los asistentes pasaron a disfrutar del cielo de Valdesalce «sin contaminación lumínica», mantiene Araceli Calvo. El objetivo de este encuentro era «poner en énfasis que todo se hizo con recursos del pueblo, de gente que vive en el pueblo o voluntarios que han querido participar.
La actividad Con Nocturnidad y Astronomía se realizó en el paraje de Valdesalce porque «es maravilloso y está a tres kilómetros del pueblo, por lo que es un sitio de muy fácil acceso. Desde él, pudimos ver un cielo maravilloso», asegura Calvo.