Manifiesto a favor del parque de la plaza Virrey Velasco

Luis Roberto Muñoz
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Fue proyectado por el arquitecto municipal Mariano Olcese y sus edificaciones responden a la Arquitectura Postmoderna

Manifiesto a favor del parque de la plaza Virrey Velasco

El parque actual de la plaza Virrey Velasco fue proyectado por el arquitecto municipal Mariano Olcese Segarra. Las edificaciones creadas para este parque responden a los principios propios del movimiento arquitectónico denominado como Arquitectura Postmoderna. Tal movimiento surgió a mediados del siglo XX como reacción a la arquitectura del Movimiento Moderno, al que se denunciaba por su rigidez y falta de alma en la desnudez austera de los edificios del Estilo Internacional, y reivindica de nuevo el ornamento y la complejidad en la arquitectura, como forma de expresión única con que se debe responder de forma particular al contexto de cada lugar.

En la Arquitectura Posmoderna se retoma todo aquello a lo que había renunciado el Movimiento Moderno en aras de la pureza de las formas y volúmenes primarios, como son los órdenes clásicos, los ornamentos, los colores vivos... todo ello combinado con la propia arquitectura contemporánea resultando así una mezcla compleja de los estilos del pasado histórico, alejada completamente de la uniformidad simplista del racionalismo anterior.

Resulta así una arquitectura ecléctica que no renuncia a los elementos históricos de la arquitectura clásica, los cuales utiliza no de forma mimética, sino con una reinterpretación buscando sobre todo su valor simbólico y plástico.

Manifiesto a favor del parque de la plaza Virrey VelascoManifiesto a favor del parque de la plaza Virrey VelascoEl templete del parque Virrey Velasco es un claro ejemplo de esta arquitectura posmodernista. Son fácilmente identificables los postulados de tal arquitectura: mezcla estilos como la serena estructura espacial del prisma formalizado por los cuatro pilares, es decir, un elemento equilibrado frente al desafío de la estructura de cubierta con una pronunciada inclinación resuelta, de forma nada convencional, con cerchas rematadas con unas pronunciadas curvas y cuyo número no responde a una resolución racional de la estructura sino mas bien al deseo de lo ornamental y reivindicativo en su aspecto puramente formal sugiriendo simbólicamente la proa de un antiguo galeón en homenaje a las exploraciones navales en el Pacífico que realizó el Virrey Luis de Velasco.

De ahí también el exquisito detalle de un relieve de un imponente barco de vela en las esferas que puntúan las entradas a la plaza delantera del templete a través del banco corrido, construido con un ladrillo vitrificado en color azul como manera sugestiva del agua del océano.

Los pilares están rematados mediante una reinterpretación abstracta y contemporánea de los capiteles clásicos. Todo el conjunto se asienta sobre un zócalo en que el faldón del frente es un plano inclinado, es decir, rompe la uniformidad convencional de un basamento de paralelepípedo, para significar el frente principal y como un espolón que se adentra en la plaza.

Manifiesto a favor del parque de la plaza Virrey VelascoManifiesto a favor del parque de la plaza Virrey VelascoEl propio templete se resuelve no con un volumen uniforme, sino con un cuerpo con distintas fachadas, y con una direccionalidad marcada hacia la plaza para eventos. Se recurre a un mecanismo propio del barroco cuando de la fachada principal del templete, a la altura del basamento, arrancan los bancos corridos de ladrillo azul que abrazan y configuran la pequeña plaza. Una pareja de árboles aligustres de copa redonda custodian amablemente cada una de las entradas a la pequeña plaza a manera de discretos pórticos vegetales.

Forma parte del conjunto arquitectónico el pequeño pabellón de jardinería para el que también reivindica la tradición oriental del ladrillo vidriado, en este caso en dos tonos, uno verdoso a la altura de los bancos corridos y del escenario del templete y el resto en el mismo tono azul que dichos bancos. Al recurrir en su formalización volumétrica a un arquetipo intemporal, como proponía el arquitecto Aldo Rossi, con la forma cúbica rematada por una pirámide, consigue rememorar al mismo tiempo la imagen primigenia de casita del bosque.

En definitiva, los elementos arquitectónicos del parque formados por el templete, los bancos corridos y la casita del bosque singularizan a este parque/plaza de una forma absolutamente única frente al resto de parques de la ciudad, por su atrevido diseño, audaz, valiente, todo un divertimento arquitectónico alejado de la seriedad del racionalismo del Movimiento Moderno, a la manera de las folies del parque de la Villete en París y que al mismo tiempo, con su carga simbólica, homenajea al Virrey Velasco.

Este homenaje es bien merecido porque la Historia nos recuerda que Luis de Velasco liberó a 15.000 esclavos ilegales y defendió los derechos de los nativos que trabajaban en las minas de oro frente a unos deshumanizados propietarios, por lo que tuvo que vencer una fortísima oposición. 

Tenemos toda una arquitectura puesta al servicio de la imaginación, la fantasía y el homenaje al Virrey Luis de Velasco. Pero parece que a algunos representantes sociales y políticos, en su ceguera de la historia y de la arquitectura, esto les incomoda sobremanera y proponen su demolición sin paliativos, sin alternativa alguna más allá de comprar todo un catálogo de productos prefabricados de juegos infantiles y máquinas para ejercicios para los adultos. A esto se va a reducir el referente arquitectónico del futuro parque la memoria del Virrey. Es decir, a la nada.

*Luis Roberto Muñoz es arquitecto de la Delegación de Palencia del Colegio Oficial de Arquitectos de León (COAL) y fue secretario técnico de la institución entre 1995 y 2011. Además, es coautor de 'Palencia. Guía de Arquitectura'.