Está próximo el segundo aniversario de la guerra de Ucrania y, por el momento, nada indica que el conflicto plantee una fácil resolución militar. Seré lo más claro que pueda, aunque mi diagnóstico no coincida con mis deseos personales. Ucrania no ganará la contienda, es de todo punto imposible. Lo más que podrá conseguir son negociaciones de paz que pongan fin al enfrentamiento con Rusia, claudicando a sus legítimas expectativas de liberar los territorios ocupados por las tropas de Putin.
Al Kremlin no le importa el tiempo, es más, su prolongada duración es una baza que juega a su favor. Cuanto más larga sea la resistencia de los ucranianos, más posibilidades de triunfo tienen los rusos. En estos momentos, la tan anunciada contraofensiva de Kiev, promocionada a bombo y platillo, ha sido un completo fracaso. De hecho, se ha pasado a una posición defensiva sin suficientes garantías de que se pueda parar la iniciativa bélica rusa sobre el campo de batalla. Y es que la balanza se encuentra muy descompensada a favor del ejército invasor.
El coste para los asaltantes y ocupantes de Moscú es altísimo en vidas humanas y armamento, pero eso importa poco a Putin. Sus reservas humanas y recursos técnicos parecen ilimitados. Rusia es una auténtica trituradora de carne humana y sus tácticas de guerra son brutales, criminales e inhumanas. La política de tierra quemada, arrasada y destruida se evidencia a su paso. Frente a ello, los ucranianos se muestran incapaces de pelear en igualdad de condiciones. Tampoco la ayuda de los países occidentales se ha mostrado definitiva, pese al apoyo demostrado desde los inicios del conflicto. Rusia, por otra parte, también tiene aliados muy poderosos como son China, India o Irán que, sin lugar a dudas, equilibran la fuerza aportada por el mundo libre
Además, el inicial ardor patriótico ucraniano se evapora. No hay suficientes efectivos con los que cubrir las bajas en el frente. Lo que no entiendo es que los refugiados en edad de pelear por su patria, no acudan a defender a su país. ¿Dónde están los hombres que huyeron escondidos tras las faldas de las mujeres?