A muchos palentinos les habrán dicho más de una vez que no se tira nada de lo que sobra de la mesa a la hora de comer. Siguiendo este precepto tradicional, que está volviendo a resurgir en los últimos años (hay aplicaciones móviles donde se venden a precio más bajo restos sobrantes de restaurantes y bares, por poner algún ejemplo), el joven Pablo Ramos Fernández, estudiante del grado superior de FormaciónProfesional en Procesos y Calidad en la Industria Alimentaria en el Centro Tecnológico de Cereales de Castilla y León (Cetece), trabajó durante los últimos meses en el proyecto de fin de curso Desarrollo de galletas de alto valor nutricional a partir del bagazo de cerveza y el resultado fue satisfactorio. Logró el objetivo de revalorizar un subproducto de una de las bebidas más consumidas en el mundo como ingrediente para elaborar galletas.
Destaca que por cada cien litros de cerveza se producen veinte kilos de bagazo durante el proceso de fabricación, que suelen desecharse o destinarse a la alimentación de los animales. En cambio, tras su investigación, comenta que tiene «un alto valor nutricional» y que podría integrarse en un producto alimenticio -en este caso, las galletas- mejorando, de esta manera, sus características nutricionales. «Utilizando el bagazo en las galletas, se aumenta considerablemente el nivel en fibra y en proteína, así como en algunos minerales al sustituirse por parte de la harina blanca en la fabricación de la galleta María tradicional», comenta el estudiante de 25 años.
Por otro lado, en lo que se refiere a las propiedades organolépticas, Ramos, a grandes rasgos, explica que «visualmente se asemeja a una galleta integral» y que el sabor es parecido al de una mezcla entre la María tradicional y una integral. Eso sí, deja una cosa clara:«no saben a cerveza». Se hicieron varias muestras, que se vieron en la presentación del proyecto, que fue seleccionado como uno de los mejores de la provincia en los Premios de Investigación e Innovación 2023-2024, aunque no ganó el reconocimiento en la fase autonómica. No obstante, explica que esta investigación le ha parecido muy interesante.
Además, con este proyecto «se fomenta la economía circular y el reaprovechamiento de productos», comenta el alumno del Cetece, que recibió la ayuda de sus profesores.
Por último, cabe destacar que la aplicabilidad del subproducto revalorizado también se extiende a la potencial adaptación en la elaboración de otros alimentos más allá de las galletas. De esta manera, se genera interés tanto en la industria como en el ámbito académico, ya que se alinea con los objetivos de formación profesional y las tendencias actuales del sector, que caminan hacia la sostenibilidad y la innovación.