El juzgado de instrucción número 6 ha decretado el sobreseimiento del procedimiento abierto contra una mujer de 26 años, que en febrero de este año fue detenida y posteriormente puesta en libertad después de que se deshiciera del feto tras sufrir un aborto arrojándolo a un contenedor.
La decisión judicial está avalada por un informe remitido al juzgado desde el complejo hospitalario, en el que corrobora que la mujer no utilizó ninguna sustancia farmacológica ni tampoco se aprecia signos externos físicos que pudieran concretar la existencia de un aborto provocado, según informó a este periódico la defensa legal de la mujer ejercida por el abogado palentino Santiago González Recio.
Como ya publicó este periódico a comienzos de junio, el Ministerio Fiscal también había solicitado al complejo hospitalario un informe para que fuera remitido al juzgado instructor al objeto de que determinara si la mujer había sufrió un aborto de carácter espontáneo o, por el contrario, fue provocado.
El pasado 18 de febrero el juzgado número 2, que se encontraba de guardia, acordó la libertad de la mujer detenida dos días antes. La resolución judicial estableció además que la mujer tenía la obligación de comparecer los días 1 y 15 de cada mes ante la instancia judicial que instruía la causa, que por la fecha en la que ocurrieron los hechos era el de primera instancia e instrucción 6. La mujer estaba siendo investigada por el delito de aborto, por el que fue detenida tras explicar en el hospital Río Carrión, al que acudió en la tarde del sábado 15 de febrero, que su hijo había nacido muerto y que se había deshecho de él tirándolo a un contenedor de basura. La Policía Nacional investigó desde entonces la veracidad de estos hechos, si el aborto fue espontáneo o provocado, si realmente arrojó al feto a la basura y si había más personas implicadas en este suceso. Además la Policía Judicial, con la colaboración de los trabajadores del Centro de Tratamiento de Residuos y de la Unidad Canina de la Policía Nacional, llevó a cabo labores de búsqueda del cadáver del bebé en el vertedero, sin encontrar ningún indicio.
2.000 toneladas. Según explicó en su momento Juan Carlos Calvo Bellota, adscrito al Consorcio Provincial de Residuos, lo primero que se llevó a cabo fue acotar la zona donde se había dejado el residuo que corresponde con la fecha en la que presuntamente la mujer arrojó el feto a la basura. Se buscó entre más de 2.000 toneladas de basura amontonadas en dos zonas perfectamente identificadas en el vaso de rechazo, una de unos mil metros cuadrados con un espesor de un metro y otra de 800 metros cuadrados con un espesor de dos metros, explicó. En total, se inspeccionó un terreno en el que existen 2.400 metros cúbicos de residuos, sin éxito.
Entretanto, la joven, junto a su abogado, relató ante el juez que el aborto lo sufrió de forma espontánea el lunes 3 de febrero en su casa y sola.
Siempre según su testimonio, el feto, que no llegaba al sexto mes de gestación, nació muerto y como se asustó decidió deshacerse de él tirándolo a un contenedor de basura. Las fuentes consultadas de este proceso judicial también indicaron que el informe preliminar realizado por el equipo forense determinó que el aborto sufrido por la joven fue espontáneo al no apreciar otros signos.