Los premios Fuentes Claras han reconocido el valor de 16 proyectos palentinos desde que se instituyesen en el año 2000. Se trata de la segunda provincia con más galardones, solo por detrás de Burgos, que ganó 23. Por detrás figuran Salamanca (14), Ávila (12), Valladolid (9), León y Segovia (6) y Soria y Zamora (5).
Este certamen tiene como objetivo reconocer públicamente las iniciativas encaminadas a la defensa de los valores medioambientales, sociales y económicos en los municipios de Castilla y León con menos de 5.000 habitantes. En concreto, se distinguen proyectos que contribuyen a la mejora del medio ambiente y a la calidad de vida de la ciudadanía en el medio rural, promoviendo también el desarrollo sostenible del entorno el que se llevan a cabo.
En un principio, estos galardones los convocaba la localidad vallisoletana de San Miguel del Arroyo, con la colaboración de la Junta de Castilla y León, y ya desde el año 2008 los regula la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio.
Los Premios 'Fuentes Claras' destacan iniciativas llevadas a cabo en pequeñas localidades y, entre los aspectos de valoración que tienen en cuenta los miembros del jurado, están los siguientes: singularidad (que suponga una innovación sobre las prácticas habituales, que ofrezca visiones nuevas sobre la forma de abordar problemas o situaciones comunes en otros municipios), transferibilidad (que las soluciones adoptadas como consecuencia del proyecto puedan ser trasladadas a otros municipios), incidencia (que tenga repercusión importante sobre el medio ambiente y sobre la calidad de vida de la población, bien directamente, o por las nuevas perspectivas que abre), viabilidad (que el proyecto ofrezca resultados parciales o finales, concediendo mayor importancia a aquellos proyectos que acrediten una contribución real a la mejora del medio ambiente y a la calidad de vida de los ciudadanos), alianzas (que hayan sido promovidos en colaboración con otras entidades, valorándose la participación equilibrada de administraciones, empresas y asociaciones) y perdurabilidad (que el proyecto suponga un cambio cualitativo que asegure su mantenimiento y continuidad de manera autónoma, incluyéndose en este apartado las iniciativas autofinanciables o económicamente rentables).
La concesión de los premios incluye un diploma, una figura artesanal en terracota elaborada por un artesano de la Comunidad y dotación económica de 6.000 euros para los primeros premios de cada una de las modalidades y 3.000 euros para los segundos premios de cada una de las modalidades. La mención especial no tiene dotación económica.
En esta edición, se han premiado seis iniciativas. En la categoría de municipios de menos de 1.000 habitantes, han resultado distinguidos las localidades de Marcilla de Campos (primer premio); Miranda de Azán, en Salamanca (segundo premio) y la Panizares de la Merindad de Valdivielso, en Burgos, con un accésit. En la modalidad de asociaciones sin ánimo de lucro, los galardones han recaído en la asociación Guzmán Renovable, de Pedrosa de Duero, en Burgos (primer premio); la Asociación Cultural Collalba de Cilleruelo de Abajo, también en Burgos (segundo premio) y la asociación 'Cuca Cuatro Caminos' de Herguijuela de la Sierra, en Salamanca (mención especial).