La alcaldesa, Miriam Andrés, defendió ayer el proyecto de reforma de la cafetería del parque del Salón para su transformación en un espacio hostelero «de primera magnitud» y que abrirá sus puertas, si no surgen problemas, en marzo del próximo año. 

«Es un proyecto económico de envergadura que dará a la ciudad un espacio para eventos, bodas y congresos que será referente en Castilla y León porque también desarrollará formación en el sector», alegó la primera edil.

«La previsión es que este negocio cree 20 puestos de trabajo y creemos que la ciudad no está para desechar esas oportunidades», insistió Miriam Andrés, que sí quiso dejar claro que el proyecto que se está llevando a cabo «cumple con lo establecido en la concesión demanial». 

No obstante, la primera edil también reconoció que entiende las críticas ciudadanas «porque los ladrillos y los andamios afean cualquier espacio, sobre todo un parque, pero la obra va a buen ritmo y pronto se podrá disfrutar de ese negocio». 

Cabe recordar que este proyecto está impulsado por la sociedad limitada Gastronomía La Puebla, al frente de la que está el hostelero Víctor Ramírez, del bar P21 de la capital. Ramírez -junto a otros tres hosteleros que finalmente dieron un paso a un lado en el proyecto- se hizo con la gestión de esta céntrica cafetería-restaurante de propiedad municipal tras el cese por jubilación del anterior gestor, el hostelero Emilio Martínez.

«Teníamos dos opciones: derribar la cafetería porque la cubierta estaba totalmente destrozada o aceptar la subrogación de dicha concesión demanial», aseveró Miriam Andrés.

Esta céntrica cafetería-restaurante abrió sus puertas el 8 de noviembre de 2006 bajo la dirección de la sociedad Emimarfa, dirigida por el hostelero Emilio Martínez. En realidad, se trata de unas instalaciones municipales cuya gestión cedió al Ayuntamiento a cambio de su construcción.

Emimarfa invirtió 480.809,68 euros en la construcción de la cafetería a cambio de explotarla durante 44 años y de pagar al Ayuntamiento un canon anual de 1.000 euros. Ese era el compromiso, pero en mayo del año pasado, el hostelero registró un escrito en el Consistorio solicitando un cambio de la cesión de la explotación de la cafetería a la empresa Gastronomía La Puebla. 

El motivo argumentado para el cambio fue que cumplía 70 años y llegaba la hora de su jubilación, sin que ningún familiar estuviese en situación de continuar con el negocio. Semanas después, el establecimiento cerró sus puertas y tras unos meses de gestiones, comenzaron las obras con la nueva gestora.