2021, un año gafado

M.R.Y. (SPC)
-

De los tres presidentes que fueron elegidos en las urnas en Latinoamérica, dos ya no conservan su puesto y el otro está cada vez más asediado

2021, un año gafado - Foto: ELVIS GONZALEZ

Si 2020 fue el año de la pandemia que trastocó a todo el planeta, 2021 está marcado en rojo en Latinoamérica. Y es que de los tres presidentes que fueron elegidos en las elecciones que se celebraron entonces, solo uno puede ya concluir su mandato, después de que los otros dos hayan dejado abruptamente el cargo. Y, de hecho, ese único superviviente podría también verse obligado a abandonar su puesto antes de tiempo. Los tres dirigentes en cuestión son el peruano Pedro Castillo, el ecuatoriano Guillermo Lasso y el chileno Gabriel Boric. Y solo este último tiene la opción de acabar la legislatura.

Castillo, en prisión desde el pasado mes de diciembre, fue el primero en caer. Perú, un país políticamente convulso, con seis presidentes en solo 10 años -la mayoría de ellos destituidos por delitos de corrupción-, apuntaba a la estabilidad tras la llegada del profesor izquierdista, que ganó con un ajustado 50,1 por ciento a la conservadora Keiko Fujimori. Pero, después de apenas un año y medio en el poder -accedió a la Presidencia el 28 de julio de 2021- y, asediado por sus rivales, que iban a aprobar el tercer juicio político en su contra por «incapacidad moral» para seguir gobernando, el dirigente decidió disolver de manera unilateral el Congreso e intervenir el Poder Judicial y el Tribunal Constitucional.

La medida fue considerada por la mayoría de los legisladores como un «golpe de Estado» y finalmente fue destituido y detenido cuando intentaba ingresar en la Embajada de México de Lima. Actualmente, permanece en prisión preventiva en la cárcel de Barbadillo, en Lima, a la espera de que sea aprobado un proceso contra él o la Justicia acabe archivando la causa en contra por presunta comisión de los delitos de rebelión, conspiración y abuso de autoridad. Su vicepresidenta, Dina Boluarte, ocupó su puesto y anunció que se celebrarán elecciones anticipadas. Eso sí, no tendrán lugar hasta julio de 2024.

Lasso, también acechado por un juicio político en su contra, decidió el pasado mes de mayo disolver la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, y convocar a los ciudadanos a las urnas. Unos comicios que, a diferencia de los de Perú, se celebrarán en un plazo corto: el próximo 20 de agosto. La medida tomada por el mandatario, conocida como muerte cruzada, ya que marca el fin anticipado de la Presidencia y da por concluida la legislatura vigente del Parlamento, fue asumida con total normalidad en Ecuador, también a diferencia de lo que ocurrió en Perú -donde fuertes protestas contra la detención de Castillo se cobraron decenas de vidas-. En ningún momento se habló de golpe de Estado y, de hecho, el propio Lasso -que ganó las elecciones de febrero de 2021- ha estado sopesando presentarse a la reelección, aunque finalmente ha decidido echarse a un lado. «Lo hago con un profundo amor por la democracia, por un profundo respeto a los ciudadanos», justificó.

En su caso, estaba acusado por un supuesto delito de malversación que podría haber acabado con su destitución. Para evitarla, decretó esa muerte cruzada, que le permite gobernar temporalmente mediante decretos hasta el momento de ceder el testigo a su sucesor. 

De este modo, el único mandatario sudamericano elegido en 2021 es Boric, pero su puesto también está en entredicho.

El dirigente chileno, que ganó en los comicios de noviembre de ese año gafado, ha visto en este tiempo fracasar algunas de sus propuestas emblemáticas, como el pilar de su programa electoral: la refoma tributaria, que buscaba recaudar el 3,6 por ciento del PIB -unos 10.000 millones de euros- pero que no fue aprobada por el Parlamento. También tiene en su mochila el rechazo al proyecto para renovar la Constitución, que fue tumbado en un referéndum en 2022. Y, en este mismo aspecto, el espectacular revés que sufrió cuando los chilenos votaron mayoritariamente a la derecha a principios de este año para que sean los representantes más conservadores los que elaboren la nueva Carta Magna. Además, y a pesar de ser el presidente que más votos ha recibido en la historia del país, todo parece ir ahora en su contra. Las últimas encuestas apuntan que apenas un 12 por ciento de los ciudadanos le apoyan y su desaprobación se sitúa en el 62 por ciento. 

Pero tal vez Boric pueda remontar. No en vano, es el único de los tres que no asumió el cargo en 2021, ya que lo hizo el 11 de marzo de 2022. Y puede que esa circunstancia le libre de la maldición de ese año gafado.