El aviso de varios aficionados a la observación de fauna alertaron el domingo por la tarde a la Junta de Castilla y León de que un macho adulto de oso pardo, en plena época de celo, se enfrentó a una hembra acompañada de una cría con un resultado fatal: los dos ejemplares adultos se despeñaron por un gran cortado de varias decenas de metros de caída.
Con esta información, la Consejería de Medio Ambiente puso en marcha durante la jornada de ayer un operativo con el objetivo de localizar los tres ejemplares de oso pardo. El primer hallazgo fue luctuoso, ya que a mitad de mañana el equipo de búsqueda confirmó la mañana la muerte del macho, de uno 217 kilogramos de peso.
El trabajo de búsqueda desplegado en la zona permitió aventurar que la osa continuaba viva, pero con heridas «de extrema gravedad» según se dedujo de las imágenes y rastros de sangre observados durante la mañana.
Al cierre de esta edición, el operativo de búsqueda había conseguido localizar la cavidad donde estaba refugiada, por lo que se decidió monitorizar el interior de la cueva con un equipo remoto priorizando la seguridad de todo el operativo. Respecto al osezno, también fue localizado, pero a última hora de la mañana se perdió el contacto visual, al haberse introducido en alguna de las múltiples cavidades de la zona, de muy difícil acceso. «Ahora mismo la prioridad del operativo es confirmar el alcance de las lesiones en la hembra y la localización y captura del osezno», informaron desde la Junta.
El operativo está compuesto por personal técnico, veterinarios, agentes medioambientales, celadores y personal de las Patrullas Oso de la Fundación Patrimonio Natural, preparados con rifles anestésicos, perros y remolques específicos para el transporte de osos. Se ha contado con la colaboración de la Guardia Civil y de personal de campo de la Fundación Oso Pardo.