El furtivismo es una de las grandes preocupaciones para los aficionados a la caza. Esta práctica, además de mermar de forma ilegal la cabaña de reses y perjudicar el ecosistema de las zonas donde tiene incidencia, resta reputación a los que cazan de forma lícita y legal, razones por lo que el colectivo cinegético anhela su erradicación.
A pesar de la dificultad que conlleva identificar a los cazadores furtivos, ya que estos deben ser, en la mayoría de los casos, sorprendidos in fraganti en el momento de los hechos, varios monteros aseguran haber encontrado cadáveres de animales muertos con indicios de haber sido víctimas de esta actividad.
Fuentes vinculadas a la caza consultadas por Diario Palentino alertan sobre la incidencia de esta práctica en la zona del Cerrato. En los cotos cercanos a Villaviudas, Baltanás y Reinoso se encontraron, al menos, tres cadáveres de corzo entre el 6 y el 10 de marzo, un hecho que confirmó a este periódico fuentes de la Guardia Civil. En el mismo período y en la misma zona se localizó también un cadáver de un gamo.
«Se están encontrando cada vez más animales con la cabeza cortada. Son furtivos que se están aprovechando», afirma a DP una de las fuentes, que lamenta a su vez la falta de efectivos del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil. «Parece que estamos en el oeste. Hacen (los cazadores furtivos) lo que les da la gana y están fastidiando el patrimonio natural», lamentó.
Algunos monteros manifiestan la urgencia de reforzar la vigilancia en el campo, al menos, hasta el próximo martes, cuando de comienzo el período hábil para la caza del corzo. «Entonces, los propios cazadores estaremos más en los montes», concretaron.
Este tema, según aseguran varias personas relacionadas con la práctica cinegética, «no es de hace un año ni dos». Según denuncian, el problema del furtivismo lleva tiempo patente en la comarca cerrateña. «Estamos implicados en esto, pero no podemos hacer nada. Nosotros no tenemos medios y el Seprona, que es el que se encarga de estos asuntos, tiene poca gente. Además, en la mayoría de los casos, esto ocurre por la noche», expusieron.
Varias fuentes coinciden en que algunos furtivos llegan en grupos organizados desde fuera de la provincia y equipados con medios «profesionales». «No es gente que llega, caza y se va», apuntaron. No obstante, cabe remarcar que de esta circunstancia no hay confirmación oficial.
En los últimos meses se ha tenido también constancia de personas que cazan en cotos sin tener su correspondiente autorización. El pasado 5 de febrero, por ejemplo, cuatro cazadores fueron sorprendidos por agentes de la Guardia Civil en un coto privado ubicado entre las localidades de Villanueva de la Peña y Traspeña. Ninguno de ellos tenía licencia para cazar en el lugar.
RAZONES. Si bien las razones que motivan a los furtivos pueden ser muy variadas, algunas fuentes destacaron dos por encima del resto: el valor de las piezas y la concentración de corzos en el Cerrato.
«Esto es un trofeo. Este animal tiene un valor muy elevado para ciertas personas», afirmaron las fuentes consultadas por DP, que calculan que la cabeza de esta res puede alcanzar los «5.000 euros». Esta suma viene también dada por los corzos que habitan los montes cerrateños, donde pueden encontrarse «ejemplares de gran tamaño».
Hay otra situación que no pasa inadvertida para los aficionados al campo: la merma de este animal en las provincias colindantes. «En los alrededores, los corzos se han visto afectados por un gusano que se introduce en su nariz, deposita sus huevos y, cuando estos eclosionan, pasan al sistema respiratorio y terminan matándolos», detallaron. Así, la reducción en el número de ejemplares de este animal en las zonas limítrofes a Palencia ha provocado, según sospechan algunos aficionados a las monterías, «que los furtivos se estén concentrando en esta zona».
TRIBUNAL SUPREMO. El TribunalSupremo, a través de una sentencia con fecha de 30 de enero, zanjó los diferentes criterios en las audiencias provinciales y confirmó que el furtivismo sobre especies cinegéticas sin autorización del titular es delito, y no una mera infracción administrativa, con independencia de que se haya abatido especie alguna.
La Fundación Artemisan celebró la postura del Tribunal Supremo, puesto que desde hace años el colectivo insiste en la necesidad de unificar el criterio para que el furtivismo sea perseguido como «un delito grave», y solicitó que se eleven las penas contra sus autores.
Desciende el número de licencias de armas, pero crecen las de caza mayor
La Guardia Civil tenía registradas 7.977 licencias de armas en la provincia durante el pasado año, según los datos facilitados por la Intervención de Armas de laBenemérita. Son un 6,04% menos que en 2019, cuando tenían constancia de 8.490. Desde el cuerpo, en líneas generales, achacan este descenso de población en el medio rural, donde más afición existe a la caza, y al envejecimiento de la misma.
Existen varios tipos de permisos, aunque los más frecuentes son los relacionados con la caza, la licencia D (armas largas rayadas para caza mayor) y las de tipo E (de tipo deportivo y escopetas de caza). De hecho, más del 85% son de ambos tipos. Las autorizaciones para utilizar escopetas cayeron un 9,73% en los últimos cinco años hasta las 4585. En cambio, las licencias para armas para caza mayor crecieron un 4,46% desde 2019 hasta llegar a 2.109. Respecto a la cifra de armas, los agentes tenían notificadas en 2024 un total de 15.119, siendo las más habituales las de tipo D(2.015) y tipo E (11.791) y, además, el cuerpo explicó que retiraron 190, la inmensa mayoría (163) por caducidad. Una decena fueron requisadas por denegación de licencias, doce, por medidas cautelares y cinco, se pusieron a disposición judicial o administrativa.