El alza constante en el precio de varios productos básicos de la cesta de la compra prosigue y acrecienta el calvario al que están sometidas las economías domésticas para poder llegar a final de mes. Primero fueron la harina -con su incidencia sobre el pan y derivados- el aceite de oliva, el azúcar, el café o las verduras, especialmente y, en esta ocasión, en las últimas semanas, está ocurriendo lo mismo con algo de consumo diario como son los huevos. Los productores locales de varias granjas en la provincia han tenido que subir el precio de la docena entre un 15 y un 25%. Los mercados marcan las directrices en base a la oferta y la demanda y la gripe aviar ha obligado a sacrificar a millones de gallinas ponedoras en Europa y EEUU, sobre todo en este último país, lastrando su producción. De esta forma, los productores de huevos de otros países, y entre ellos España, han aumentado las exportaciones con menos oferta local -aunque en Palencia no se note la escasez- subiendo considerablemente los precios en los mercados de origen.
Las granjas palentinas se dedican a la producción a pequeña escala y son muy pocas las que han decidido aguantar sin subir el precio de los huevos. «No tenemos un gasto mayor a la hora de producir y, de momento, nos mantenemos sin tener que incrementar los precios. Con mi pareja, en la granja intentamos conseguir una economía circular con producto de kilómetro cero dentro de un proyecto de sostenibilidad rural destinado a la venta en comercios pequeños, particulares y restaurantes», señala Laura Polo, propietaria de la granja Pepín, en Alba de Cerrato.
A solo 34 kilómetros, en la misma comarca cerrateña, otra explotación avícola de similar tamaño como la granja Kirikiki, en Torquemada, ha incrementado mínimamente el precio, en torno a un 10 por ciento, ya que, en su caso, los huevos camperos, a lo que se añade la cría de pollos de corral, da el beneficio justo para vivir de ella. Cuenta con 1.500 gallinas repartidas en tres naves y produce unas 22.000 docenas de huevos al año.
La demanda deja los huevos locales de un 15 a un 25% más caros - Foto: Óscar Navarro«Hemos estimado un incremento mínimo del precio porque los costes de producción no son altos. Está justificado ya que si hay más demanda de huevo y menos oferta al final los precios se incrementan. Influye en ello la industria, generalmente por el tema de la huevina, que se utiliza mucho en la cocina profesional como sustitutivo del huevo en cáscara para prevenir intoxicaciones alimentarias. Para elaborar la huevina se necesitan más huevos que ya no van al mercado convencional del consumidor final. Hay un poco más de escasez y, si ese huevo también le pagan más caro porque lo necesitan, la mayor demanda es la que dicta un poco los precios. No es que el huevo esté de moda, lo que ocurre es que sigue siendo la proteína más barata. Si nos vamos a las carnes, estas han sufrido una crecida de precios bastante considerable», afirma el propietario de la granja Kirikiki, José María Torres.
En torno a la gripe aviar, que afecta al sector avícola, explica que en España la incidencia es mínima, pero no así en otros países cercanos. «En el sector que trabaja a escala industrial estoy oyendo que sí que se están llevando bastante huevo de España para Europa. Eso también hace que suba el precio, porque si vienen a pedirte huevos y les pones un precio alto y te lo compran pues lo mantienes. Nuestro mercado es muy local y mi pareja, que es también con la que gestiono la finca, es de Burgos, y la producción la vendemos entre esa provincia y la de Palencia», indica.
El mundo rural es muy complejo, pero en el caso de las pequeñas granjas cerrateñas como Kirikiki la filosofía es producir huevos como que fueran para un consumo en la zona en la que reside el productor y que, a la vez, los disfrute más gente de un entorno cercano. «Los ponemos juntos en el mismo estuche con el peso mínimo que tiene que tener y el precio en tienda es un poco relativo porque, al final, cada una estima su margen comercial. Ahora, el huevo de suelo de jaula está entre 2,5 y 3 euros la docena y el campero que se cría en libertad y al aire libre anda entre 3,60 y 3,80 euros, dependiendo del comercio», detalla el granjero.
La demanda deja los huevos locales de un 15 a un 25% más caros - Foto: Óscar NavarroA través de los datos de estudios de costes de alimentación que ha elaborado la Organización de Consumidores (OCU), los huevos han subido hasta un 25,2% en las últimas dos semanas.
Los de categoría M, los más baratos de las tiendas, han subido hasta situar el precio de la docena en los 2,60 euros como referencia de la mayoría de las cadenas españolas, si bien solo dos semanas antes costaban entre 2,07 y 2,10 euros. En el caso de la clasificación L, los precios han crecido un 15,4% de media y, sin embargo, la variación de tarifa es diferente en función del tipo de producto, siendo más elevada en los de gallinas sueltas, con un 20,2%, un 16% para los camperos y solo un 6,8% para los huevos ecológicos.
VENDEDORES Y COMPRADORES. Marta Obeso, vendedora de la plaza de Abastos, confirma la subida progresiva de los huevos. «En tres semanas ha subido en cada una 20 céntimos la docena. La verdad es que el consumo aquí se mantiene aunque la gente se cansa un poco de que suba siempre el producto básico», indica. Una compañera de puesto, Teresa Robles, habla de la influencia de la escasez de huevos en el mercado extranjero. «La gripe aviar en América nos ha influido y este producto ya estaba un poco carillo y ahora lo han rematado», argumenta.
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La demanda deja los huevos locales de un 15 a un 25% más caros - Foto: Óscar Navarro
La demanda deja los huevos locales de un 15 a un 25% más caros - Foto: Óscar Navarro
La demanda deja los huevos locales de un 15 a un 25% más caros - Foto: Óscar Navarro
La demanda deja los huevos locales de un 15 a un 25% más caros - Foto: Óscar Navarro
Entre los clientes, las quejas por el alza de los precios son generalizadas. «Tendremos que recortar por el gasto porque algo como los huevos, con los que haces varios platos, se ha puesto por las nubes en precio», señala Blanca Moro. «Yo los compro directamente a una granja rural que aún no los ha subido, pero como hay mucha demanda exterior tendrá que hacerlo», expone Ana Merino. «Quienes hacemos la compra diaria notamos enseguida una subida así. Preocupa, ya que sacas un billete de 50 euros y ya no te llega para casi nada», concluye.