La Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias, Etsiiaa, del campus palentino de la Universidad de Valladolid, UVa, festejó ayer a su potrono, San Isidro, y lo hizo con la entrega de diplomas e imposición de becas a egresados (2019-2020/2020-2021) y la entrega de premios a los mejores trabajos de fin de grado y de fin de máster (2020-2021) otorgados tanto por la Etsiiaa como por los colegios profesionales, así como a los ganadores de la VII Olimpiada Agroalimentaria, Agroambiental y Forestal de Castilla y León del distrito universitario de Valladolid. En un día de cariz festivo, cabe destacar que, en general, en todos los grados que imparte la Etsiiaa: ingeniería Agrícola y del Medio Rural, Forestal y del Medio Natural, de las Industrias Agrarias y Alimentaria y Enología «la empleabilidad es total», afirmó el subdirector de Comunicación y Empresas del centro, José Luis Marcos Robles. «Grados como el de Ingeniería Agrícola y del Medio Rural está en un ratio de tres a uno, es decir que si bien se necesitan tres profesionales, solo hay uno, lo que significa que dos puestos se que quedan sin cubrir», comentó. «Para Castilla y León son unos grados y unos másteres muy potentes, porque el sector necesita gente, no se cubre la demanda; en tercero hacen las prácticas de empresa y en cuarto ya están todos colocados», aseveró, y concluyó que «las ingenierías verdes está de moda».
«Todos hemos alcanzado nuestros objetivos. Nosotros el de formaros y entregaros todo nuestro conocimiento para que podáis ejercer algunas de las profesiones más bellas que se pueden elegir», aseguró el director de la Etsiiaa, Joaquín Navarro Hevia, quien añadió que la sostenibilidad, la producción suficiente de alimentos, la seguridad alimentaria, la protección de la naturaleza, la minimización de residuos, la eficiencia energética, la economía circular, la regulación del clima, la seguridad hídrica, la conservación de la fertilidad de los suelos, la protección de la biodiversidad y emprender el camino de vuelta hacia el mundo rural «son pilares para alcanzar la igualdad y la justicia universales». En esos retos, dijo el dijo el director a los hoy graduados en las ingenierías agrarias, agroalimentarias, forestales, enología; a los hoy egresados de los másteres agronómicos, de montes, de gestión forestal, de alimentos, Erasmus Mundus, de educación en tecnología agroalimentaria y forestal, «tenéis mucho que hacer y mucho que decir, pero también mucho que enseñar a esta sociedad, que escapando de lo rural y natural, refugiada en la urbe, crece omnipotente traicionando sus generaciones pasadas, sus fuentes clásicas de alimentos y el escenario y marco de su desarrollo vital, que son la naturaleza y el campo».
«Sois, por tanto -subrayó Navarro Hevia-, como profesionales inmersos en el manejo de la naturaleza y sus recursos, piezas clave para asegurar el bienestar del inmediato futuro». Y es que -según expuso- con quién cuenta la Unesco para poner en marcha los Objetivos de Desarrollo Sostenible, con quién la UE para poder poner en práctica el Pacto Verde Europeo, con quién los gobiernos locales, provinciales, autonómicos y nacionales «para conseguir proyectos y población en la España Vacilada (perdón, la España Vaciada)», y quiénes pueden asegurar el aprovechamiento de los recursos de una forma sostenible.
Durante su intervención, el director de la Etsiiaa recordó el dicho agrario que dice: «por lo menos una vez en la vida vas a necesitar un médico, un abogado, un arquitecto..., pero tres veces al día vas a necesitar a un agricultor». «Podéis estar muy orgullosos de lo que sois tras estos años pasados en esta que queremos recordéis siempre como vuestra casa. Deseamos mostraros nuestro aprecio porque habéis asumido este papel fundamental y estos retos con estas profesiones llenas de solidaridad, de valores humanos, ambientales y naturales», añadió.
Navarro Hevia, por último -haciéndose eco de las palabras de Sally Fox, cultivadora e inventora del primer algodón respetuoso con el medio ambiente y que dijo que «una personas que se preocupa por la tierra resonará su espíritu»-, animó a los egresados a salir con sus títulos y resonar y vibrar sus espíritus «con la pasión y entrega que necesitas los campos, las viñas, la naturaleza, la Tierra -Pachana, Gaia, el Planeta Azul- y sus habitantes, que aunque quizá no lo sepan nunca, os estarán agradecidos».
En el acto de la Etsiiaa organizado con motivo de la festividad de San Isidro, la vicerrectora del campus palentino, Amalia Rodríguez -nombrada ingeniera de honor-, destacó que las universidades públicas como la de Valladolid «deben ser la avanzadilla del progreso. También del progreso socioeconómico del país», para añadir a renglón seguido que, como uno de los pilares y férreas estructuras -la educativa- «deben continuar desempeñando su papel como ascensores sociales. Cuestionar esto es cuestionar los cimientos de la institución, pero también de nuestro propio sistema educativo». La UVa es una «institución potente», asevero, pero también «se enfrentas a retos muy complejos, como compleja es la propia institución». «Sé que estamos preparados para afrontarlos, tal y como hemos afrontado la pandemia. No me cabe ninguna duda. Nuestra capacidad nos avala. Nos hemos transformado y hemos cambiado en estos dos años a pasos agigantados. Los cambios nos han empujado y atropellado. Hay cambios que ya se han consolidado y debemos digerirlos, adaptarnos y continuar», aseguró la vicerrectora. El esfuerzo «ha sido ímprobo», pero es «verdad» y «todos somos conscientes de que no vamos a volver atrás en muchos aspectos». «Hay cambios que se han consolidado y debemos adaptarnos», afirmó.