La curva de la incidencia de la COVID-19 vuelve a repuntar a las puertas de verano y en pleno apogeo del macrobrote vinculado a los viajes de estudios a Mallorca y Menorca, que ayer ya superaban los 1.100 positivos en toda España. A la par, el Ministerio de Sanidad reportaba un dato medio de contagios en los últimos 14 días de 100,06 casos por cada 100.000 habitantes, un ligero repunte respecto a los 95,03 notificado el pasado viernes por el departamento dirigido por Carolina Darias.

Ante esta tesitura, las Administraciones han empezado a mover sus fichas. Para empezar y para salir al paso de lo que está sucediendo en Baleares, el Govern aprobó ayer mismo una nueva normativa que obligará a todos los grupos superiores a 20 personas que viajen a Baleares a contar con un PCR negativa hecha 48 horas antes de llegar o a tener la pauta completa de vacunación.

Además, el Ejecutivo regional defendió la legalidad de la resolución aprobada por la Dirección de Salud Pública ordenando el confinamiento forzoso en régimen de aislamiento, bajo custodia policial, en el hotel Palma Bellver de los más de 200 estudiantes que seguían de viaje de estudios en Mallorca, por considerarlos contactos estrechos de los que habían dado positivo a su regreso a la Península.

Los contagios entre jóvenes aceleran la transmisión nacionalDespués de que la madre de uno de los estudiantes de San Fernando (Cádiz) aislados en un hotel de Mallorca haya presentado una denuncia en el juzgado de guardia contra el Govern de Baleares por detención ilegal y prevaricación, el vicepresidente autonómico y juez Juan Pedro Yllanes defendió como «impecable y conforme a la legislación vigente» la resolución que ampara esos aislamientos.

Si Yllanes auguró «escaso recorrido» a las diligencias, porque la resolución está amparada en la legislación vigente en Baleares como consecuencia de la epidemia de la COVID-19, la consellera balear de Salud, Patricia Gómez, defendió que «el Govern actúa con criterios de salud pública, para proteger a la ciudadanía».

Gómez explicó que, desde que el Govern tuvo conocimiento del macrobrote y de que podía haber personas en Mallorca con relación directa o indirecta con este, inició la detección de los contagiados y el aislamiento de los contactos estrechos para cortar la cadena de contagios. «Lo hemos hecho así desde el inicio de la pandemia: cuando se identifica un caso, se aísla y, cuando se identifica un contacto, se le solicita cuarentena», aseguró.

La responsable de la red sanitaria recalcó que la positividad de las pruebas PCR realizadas hasta el momento a los jóvenes puestos en aislamiento en Palma alcanza un 26,1 por ciento, lo que implica que «uno de cada cuatro ha dado positivo».

Ayer ya se elevaban a 249 los jóvenes peninsulares, de los que 265 tuvieron relación con el brote, que fueron trasladados al llamado hotel puente de Palma. Hay además otros 13 a la espera de traslado y tres que partieron a la Península el sábado y están pendientes de localización.

De esos 249, por el momento se han hecho pruebas PCR y 175 han dado negativo, 62 positivo y 12 están pendientes de los resultados. Entre los positivos, 12 han sido ingresados en el Hospital Son Espases «con síntomas en principio leves».

 Y con este panorama, la cartera que dirige Carolina Darias daba ayer las cifras del fin de semana en las que hablaba de 10.179 nuevos casos de coronavirus, de los que 1.632 fueron diagnosticados en las últimas 24 horas, frente a los 1.987 registrados el pasado viernes, lo que eleva a 3.792.642 la cifra total de personas contagiadas  desde el inicio de la pandemia.

En cuanto a las personas fallecidas, fueron una decena a lo largo del fin de semana.