Sector lácteo: tiempo de negociaciones

Vidal Maté
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La industria plantea subidas de entre uno y tres céntimos. Con las diferentes bonificaciones a un precio base, la cotización final media se situaría entre los 49 y los 50 céntimos

Sector lácteo: tiempo de negociaciones - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez Eugenio Gutiérrez Martí

Miles de ganaderos -de forma individual o a través de sus organizaciones de productores- y cada una de las industrias de la leche han cerrado ya -o mantienen negociaciones hasta final de mes- los contratos de suministro de materia prima. Aunque cada empresa y cada ganadero llevan por libre sus negociaciones, en teoría sin existencia de pactos entre las industrias, la realidad es que los contratos suscritos tienen muchos elementos en común, desde su duración hasta los precios base o las primas complementarias, en una estrategia pensada para no provocar guerras y al mismo tiempo evitar fugas de productores de una a otra empresa.

Estas negociaciones se están desarrollando en el marco de un mercado en el que se ha producido un incremento medio de la demanda total de leche y productos lácteos del 2,6% hasta los 10,8 millones de toneladas mientras que la oferta que prácticamente se mantiene estable en el entorno de los 7,4 millones de toneladas. Ello a pesar de un ajuste en el número de animales en producción, que habría bajado de 777.000 a los 760.000, pero con una mayor capacidad de producción por cabeza gracias a los avances de la genética y la mejora de la cabaña. A estos datos se suma el comportamiento del comercio exterior: las importaciones estimadas son de 4,9 millones de toneladas, sobre todo de productos lácteos -excedentarios en sus países de origen- a bajo precio; las exportaciones solo suponen 1,6 millones.

En este escenario, para la duración de los contratos en las actuales negociaciones dominan el corto plazo, entre los tres y los cuatro meses, con algunas excepciones que alcanzan el año de duración. Este dato reflejaría la preocupación en el sector, tanto entre ganaderos como entre los propios industriales, por la volatilidad en los mercados debida, más que a circunstancias internas, a diferentes factores externos como los conflictos armados y, fundamentalmente, las políticas comerciales, sobre todo las proteccionistas de algunos países fuera de la Unión Europea.

Con las exigencias de la Ley de la Cadena en la mesa, que obligan a que los precios estén por encima de los costes medios de producción, las negociaciones han arrancado con unas cifras base en el entorno de los 0,41 euros litro.

Aunque cada situación es diferente por las circunstancias del ganadero, de la industria y del propio territorio donde se ubiquen ambas partes, y también por la presencia en la zona de unos u otros grupos de la distribución para la comercialización del producto, en medios ganaderos se estima que las ofertas de las industrias en las actuales negociaciones se sitúan en una banda de incremento de entre uno y tres céntimos solamente. Al precio base de esos 41 céntimos se suman las diferentes bonificaciones pactadas por los ganaderos con cada grupo por las que los precios finales a cobrar por los productores se situarían en una media entre los 49 y los 50 céntimos por litro.

Las bonificaciones se hallan generalmente en función de las necesidades o de los intereses de cada empresa y la competencia entre las mismas en unos mercados muy cerrados con pocas posibilidades para elegir de una y de otra parte, ganaderos e industrias. Hay primas a los precios base en función del volumen de leche entregada por cada ganadero, más elevadas si el volumen es importante en cuanto ello supone un abastecimiento más rápido, evitando fundamentalmente más gastos y costes en rutas de recogida que conllevan las compras en muchas granjas de menor tamaño. Hay prima si el ganadero tiene su abastecimiento de pienso en una firma ligada a la industria de recogida. Son generalizadas las primas si el ganadero tiene el sello de bienestar animal que el industrial puede rentabilizar con un mayor precio en el producto final. Igualmente se aplican primas de permanencia en la industria para evitar fugas de ganaderos ante las guerras de ofertas de otras industrias.

Dos factores.

La rentabilidad de las explotaciones ganaderas de leche, al margen de las actuales negociaciones con las industrias para fijar los precios de compra, se halla ligada además a los dos extremos de la cadena, los costes de producción y los precios de cesión a la gran distribución.

En lo que se refiere a los costes de producción, el sector de la leche de vaca, como otras ramas ganaderas, tiene a su favor el comportamiento favorable de los precios de los cereales y de otras materias primas para la alimentación animal en detrimento de los ingresos de los agricultores cerealistas. No sucede lo mismo en el extremo contrario, dado el peso cada vez más fuerte de unos pocos grandes grupos de la distribución, para los que la leche se mantiene en muchos casos como un producto reclamo -marcas blancas o alguna marca de fabricante- para la cesta de la compra, aunque en los últimos meses hay una mayoría de ofertas con precios al alza muy por encima del euro por litro.

Con la mirada puesta en los próximos pactos para los precios de otoño, con menos producción, las negociaciones actuales deben superar el contexto de la mayor oferta que siempre hay en primavera. Sin embargo, a favor de una mejora de los precios en el campo juega en este momento el hecho de que los consumidores ya tienen asumido pagar un precio superior por la compra de la leche líquida, mientras en los mercados se mantiene una tendencia alcista para los precios de algunos de los productos derivados más importantes como la nata y la mantequilla. En la parte contraria se hallaría el comportamiento de la leche en polvo como consecuencia de ser un mercado con menos operadores y con algunos países grandes compradores, como sería el caso de China, con capacidad para imponer estrategia de precios y cambiar el rumbo de los mercados.

Además de todo ello, del comportamiento de la oferta y la demanda y del rumbo de los mercados, a la hora de las negociaciones para fijar los precios juega un papel determinante el peso de cada una de las partes en el proceso. Y, aunque en el sector productor se han mejorado y potenciado las estructuras de las organizaciones de productores, la potenciación de las mismas se mantiene como un reto para jugar en pie de igualdad con las industrias al operar con un producto perecedero.