Castellanos muere con 90 años y deja un amplio legado social

J. Benito Iglesias
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Fallece en Bolivia, sede de Hombres Nuevos, el proyecto de ayuda a los más pobres que creó. El funeral se celebrará el día 25, a las 19 horas en la catedral, y será enterrado en el país andino, por expreso deseo del obispo emérito

Castellanos muere con 90 años y deja un amplio legado social - Foto: Eva Garrido

La Diócesis comunicó ayer «con profundo dolor» el fallecimiento de Nicolás Castellanos Franco, obispo emérito de Palencia, que se  produjo  un día después de cumplir 90 años en Bolivia, tras sufrir un ictus hace tres semanas y no poder superar una operación quirúrgica de urgencia por un coágulo en el cerebro. El funeral se celebrará el 25 de febrero, a las 19 horas en la catedral, aunque su cuerpo será enterrado en Bolivia por expreso deseo de quien dejó una profunda huella entre los feligreses de la ciudad y provincia.

En el país andino ha dejado un ingente legado humanitario en  Santa Cruz de la Sierra a través de la Fundación Hombres Nuevos, cuya presidencia abandonó en 2018 tras 17 años de arduo trabajo misionero. En ese tiempo y hasta hace muy poco realizó visitas a España para captar, y conseguir -con mucho esfuerzos y encuentros con instituciones públicas y privadas- fondos económicos con los que financiar numerosos proyectos.

 La renuncia como prelado le fue concedida por el Papa Juan Pablo II el 4 de septiembre de 1991 después de anunciar su decisión el 6 agosto del mismo año, lo que sorprendió a todo el mundo al dejar el báculo de obispo, que tomó en 1978. Hace casi 34 años que abandonó el primer plano eclesial para dedicar su vida al barrio más pobre de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) desde la base, como sacerdote agustino. Este religioso leonés de Mansilla del Páramo llegó  allí en 1992 e instaló su vivienda en la Ciudadela Andrés Ibáñez -más conocida como Plan 3.000- e inició de inmediato una  enorme labor misionera con la población más abandonada de una capital en la que residen más de 300.000 personas.

Castellanos muere con 90 años y deja un amplio legado social Castellanos muere con 90 años y deja un amplio legado social En numerosas visitas a España señaló que jamás se arrepintió de dejar de ser obispo de forma un tanto prematura, con 56 años, cuando ya llevaba 13 de labor episcopal. Cuando cumplió 80 años dejó el Plan 3.000 en manos bolivianas y también la parroquia en la que estaba trabajando. En 2018 hizo lo propio con la presidencia de la Fundación Hombres Nuevos, aunque siguió apoyando  en todo lo que le pidieron. Su legado siguió funcionando muy bien y las riendas las tomaron personas jóvenes y capaces con plena libertad de acción, ejecución y pensamiento para seguir desarrollando ideas que permitan ayudar a los más desfavorecidos.

 Con su empeño,  la solidaridad y la cooperación recibida desde España y Europa se han construido colegios, un hospital, canchas deportivas, comedores infantiles y centros de atención a niños trabajadores. También se han edificado un hogar para invidentes, viveros de micro empresas, decenas de iglesias, una universidad con facultades de Teatro, Tecnología y Turismo, además de impulsar becas para cientos de jóvenes y poner en marcha una orquesta sinfónica.

Castilla y León, Valencia o Castilla-La Mancha sufragaron buena parte de los proyectos de magnitud ideados por Castellanos, tanto  a través de sus gobiernos regionales  como de ayuntamientos y diputaciones, caso de Palencia, Valladolid y León, junto a otros consistorios palentinos, sorianos, burgaleses y leoneses, además del Principado de Asturias, que han continuado aportando ayudas económicas para obras nuevas. El proyecto de la Fundación Hombres Nuevos es un referente claro en toda Bolivia y con las escuelas construidas hay más de un millar de alumnos que se forman y utilizan a diario canchas deportivas. Se añaden una  universidad y un hospital con cuatro quirófanos.

CRÍTICO CON LOA CÚPULA ECLESIAL.   Nicolás Castellanos, defensor de la  Teología de la Liberación, siempre fue crítico con las altas esferas eclesiales, y así lo señaló en varias ocasiones, sin que, a su juicio, se vieran avances con la llegada en 2013 del Papa Francisco para que la iglesia prescindiera del oropel y volviera su mirada a los más desfavorecidos. «No veo ningún cambio en ese sentido y el conjunto de la Iglesia sigue aburguesada e instalada en pastores mayores y menores y no toma el ejemplo del Papa Francisco cuando dice que hay que estar metidos en Dios y oler a oveja. Su papado sí presenta reformas sustanciales que se perciben con respecto a las ya aplicadas por Juan XXIII pero, hoy por hoy, pese a que se nos está provocando para ello, no veo una reacción positiva y existencial en la vida diaria y en la práctica en los ámbitos eclesiales», declaró en 2015.

«El Espíritu Santo le impulsó a tomar decisiones arriesgadas y no siempre fáciles de comprender»

El obispo de Palencia, Mikel Garciandía, destacó ayer el importante legado que dejó en la sociedad el obispo emérito Nicolás Castellanos tras fallecer en Bolivia. En ese sentido, explicó que «vivió en tiempos diferentes a los nuestros y el Espíritu Santo en su momento le impulsó a tomar decisiones difíciles y arriesgadas de comprender». Señaló que había tenido noticias del estado de salud de Castellanos hace tres semanas a través de una comunicación con el hermano del obispo emérito, Guillermo, y por un misionero palentino y compañero de estudios eclesiales del prelado, José Negueruela, que residen en tierras bolivianas. «Sufrió una crisis que le llevó a estar hospitalizado y estábamos contentos porque hace una semana parecía que todo quedaba olvidado, pero ayer -por el martes- cuando le llamamos para felicitarle por su 90 cumpleaños, nos llegó la noticia de una operación de urgencia que pintaba gravísima. Había que esperar entre 48 y 72 horas para ver si había evolución positiva, pero hoy -por ayer- nos confirmaban la mala noticia», señaló Garciandía. 

Castellanos muere con 90 años y deja un amplio legado social Castellanos muere con 90 años y deja un amplio legado social Tras el fallecimiento de Castellano, concretó que en la «Iglesia tenemos que hacer justicia a todo el bien realizado al ser  deudores de una tradición viva, que no se explica para nada de lo que somos sin la aportación que él y tantos otros han ido haciendo a lo largo de la historia», afirmó el actual prelado, que había preparado junto al delegado de misiones un viaje en marzo para visitar a los misioneros de Perú y Bolivia. «Ahora iremos a visitar la obra de don Nicolás y orar por él», dijo.

Anastasio González, vicario general de la Diócesis, recordó que fue Nicolás Castellanos quien le ordenó sacerdote en 1982. «Su paso por la Diócesis marcó su honda apertura al Concilio Vaticano II con dos hitos fundamentales, como el 25 Sínodo Diocesano, la celebración de la Primera Asamblea Presbiteral», según señaló.  A su vez, recordó que el último obispo, Manuel Herrero, se reunió el  29 de junio del 2016 con Nicolás y, entre otros asuntos, trataron el relativo al día de su fallecimiento. «Le preguntó dónde quería ser sepultado y respondió que en el lugar donde aconteciese su fallecimiento. Y si fuera en Palencia, en el lugar que la comunidad de Agustinos tiene destinado para darse cultura a los religiosos de su orden», detalló.

Biografía plagada de reconocimientos

Nacido el 18 de febrero de 1935 en Mansilla del Páramo, provincia de León, Nicolás Castellanos ingresó aún adolescente en la Orden de San Agustín y realizó sus primeros votos en Palencia el 10 de septiembre de 1953. Tras sus primeros estudios eclesiásticos en el monasterio burgalés de Santa María de la Vid, fue ordenado sacerdote el 12 de julio de 1959 y en 1973 fue elegido provincial de los agustinos. Cuando disfrutaba de su segundo mandato como provincial, le llegó en julio de 1978 el nombramiento de obispo de Palencia, recibiendo la ordenación episcopal el 30 de septiembre del mismo año, de manos del nuncio apostólico Luigi Dadaglio. El 27 de julio de 1978 fue nombrado obispo y el 30 de septiembre recibió la Ordenación Episcopal en la catedral y acto seguido tomó posesión.

En la CEE fue miembro de la Comisión Episcopal de Seminarios y Universidades (1981-1990) y de la Comisión Episcopal de Pastoral (1984-1987). También perteneció a la Comisión Episcopal de Límites de 1987 hasta 1991. En 1991 presentó su renuncia como obispo, que le fue concedida el 4 de septiembre por Juan Pablo II. Marchó entonces como misionero a Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, llevando consigo un nutrido grupo de laicos y de sacerdotes.  Con ellos inició el Proyecto Hombres Nuevos, para tratar de mejorar las condiciones de vida en los barrios más desfavorecidos de aquella ciudad boliviana.

Castellanos muere con 90 años y deja un amplio legado social Castellanos muere con 90 años y deja un amplio legado social  A lo largo de los años ha ido poniendo en marcha diversos proyectos para atender a mujeres y a la población infantil: comedores, centros escolares, viviendas sociales y hospitales. Por su labor ha recibido diversos premios en España y en Bolivia, siendo el más prestigioso de ellos el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, que le otorgaron en 1998 junto con Vicente Ferrer, Joaquín Sanz Gadea y Muhammad Yunus por «su trabajo abnegado y tenaz y su contribución ejemplar en áreas geográficas y en actividades distintas»

En 1998 le fue otorgada la Medalla al Mérito Municipal por el Concejo Municipal de Santa Cruz de la Sierra. En 1999 es designado Leonés y en 2001 la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes le otorga el Premio a la labor humanitaria a favor de los niños pobres; en 2002 la Comunidad de Castilla y León le concede el Premio Valores Humanos. 

En 2006 el Gobierno español de Rodríguez Zapatero le concedió la Medalla de Oro al Trabajo, que le es impuesta en agosto del mismo año por la entonces vicepresidenta  María Teresa Fernández de la Vega en el curso de una visita de estado por Bolivia.

Nicolás Castellanos, recogió el 2 de febrero de 2015, junto al entonces presidente de Renault España, José Vicente de los Mozos, el diploma que acredita su condición de Hijos Adoptivos, tras conseguir más de 250 adhesiones. «Palencia siempre ha estado en la punta del alma, que es donde están los amigos», afirmó en ese importante día el obispo emérito, al que la distinción le hacía «muy feliz». 

«Me habéis reconocido lo que yo siempre he sido, palentino. Y lo soy no por nacimiento sino por adopción y diría que por entrañamiento en la cercanía, el cariño, la amistad  y en la entrega a fondo perdido a todo lo palentino». Esta distinción también la tienen los deportistas Enrique Martínez, Marta Domínguez y Diego Cosgaya, el músico Guzmán Ricis, el médico Blas Sierra y  el obispo Souto Vizoso.