El último informe del Observatorio de la Emancipación Juvenil volvió a recordar lo difícil que lo tiene un joven palentino en la actualidad para salir fuera de casa y, por consiguiente, para empezar a forjarse una vida alejado de sus padres. Según los datos facilitados por el Consejo la Juventud de Castilla y León (CJCyL), el 54,4% del sueldo de una persona de 16 a 29 años que decide alquilarse un piso en la provincia se va en el alquiler, más de la mitad de lo que gana. Y eso sin contar con el gasto de la electricidad, la calefacción (que en los próximos meses se disparará de la misma forma que caerán los termómetros), la comida e internet (a día de hoy es totalmente necesario, como lo fueron teléfonos fijos hace veinte años). Así es complicado que pueda afrontar sin recurrir a sus progenitores o amigos algún gasto extraordinario o un imprevisto que pueda encontrarse en su camino. Porque haberlos, los hay y, si seguimos la Ley de Murphy, vienen en el peor momento.
Los porcentajes caen si el emancipado reside con su pareja (porque se entiende que cada uno contribuye con la mitad) o en un piso compartido. Lo primero, en ciertas ocasiones, suele ser lo deseable por muchos jóvenes y a lo que aspiran (obviamente porque quieren formar una familia y ser felices, no por ahorrarse unos euros), pero lo segundo es cambiar a unos seres queridos por personas que, a veces, no son ni conocidas. Tirando de refranero, la última propuesta es como salir del fuego y entrar en las ascuas. Estar en la misma casa con un extraño es una práctica adecuada en ciertos supuestos, pero estos son transitorios y no puede convertirse en una solución permanente. Así de claro.
Desde el CJCyL proponen la regulación del precio del alquiler y el aumento de los salarios. Su presidenta, Sandra Ámez, reconoce que son medidas «controvertidas», pero la realidad es que la juventud, y por extensión, la sociedad palentina necesita acciones inmediatas para que toda persona que trabaja pueda arrendar un piso. Hay medidas como el bono del alquiler joven del Gobierno central o las subvenciones de la Junta, pero tienen que llegar más porque las cifras están ahí y no bajan. «Es un problema estructural», asegura la dirigente juvenil. Y quizá esté en las administraciones la solución, ya que es la que son las recaudan impuestos para redistribuir la riqueza.
Ante esta situación se pueden plantear diferentes propuestas, como favorecer la construcción de viviendas, construir más inmuebles de protección oficial a un precio asumible para jóvenes que no compartan piso o buscar normas que ayuden a arrendar casas vacías.
Y lo peor de todo es que Palencia es una de las provincias con porcentajes más bajos de Castilla y León.Los jóvenes (y también los no tan jóvenes) necesitan cambios ya en materia de vivienda.