Es tan burdo el ataque, tan desproporcionado, tan desaforado, que puede tener el efecto contrario al que buscan los sanchistas: que provoque una ola de simpatía hacia Isabel Díaz Ayuso. Incluso de algunos que no sienten la menor simpatía por la presidenta madrileña.
Para Sánchez es insoportable la idea de que Ayuso se ha convertido en una figura a la que es difícil vencer en su comunidad. Tan es así que, contra su deseo, ha promovido a Óscar López como líder del PSOE madrileño, pensando que un ministro podría ganar a Isabel Ayuso en las próximas elecciones. Y ahora llega una operación de acoso y derribo que rebasa todo lo conocido hasta ahora.
En el quinto aniversario de la pandemia, la tragedia del covid, desde el gobierno se ha lanzado una campaña -que recogen puntualmente los medios afines- que transmite la idea de que solo en Madrid hubo fallecidos en las residencias de ancianos y solo en Madrid faltaba el material sanitario indispensable para luchar contra una pandemia que asoló a todo España. En Madrid se hizo lo imposible, como en otras comunidades, para atender debidamente a los residentes; Ayuso, por ejemplo, tuvo que acudir en persona a Barajas para salvar una situación intolerable que se estaba produciendo: el gobierno confiscaba aviones con material sanitario comprado por gobiernos regionales y entidades privadas.
En Madrid además se tomaron medidas -copiadas posteriormente por otros gobiernos- para paliar los efectos económicos que ampliaban la catástrofe; y en Madrid no hubo mayor porcentaje de fallecidos en las residencias que en otras comunidades, como demuestran los datos. Datos.
En la campaña de estos días contra Ayuso, de intensidad insólita, se ha producido una nueva noticia: la anulación de la parada militar que se celebra todos los años durante la celebración del 2 de mayo, apenas 15 minutos de desfile ante la Casa de Correos, presidida por quien preside el gobierno regional y una autoridad militar. Fue en ese desfile cuando Félix Bolaños se empeñó en subir a la tribuna y se lo impidió la responsable de protocolo de la Comunidad. Ni siquiera estaba invitado a la recepción y entró como "acompañante" de la ministra de Defensa, que presidió la parada junto a Isabel Ayuso. La parada militar se celebra desde que el primer presidente de Madrid de la democracia, Joaquín Leguina, la recuperó para conmemorar el levantamiento del pueblo madrileño contra los franceses el 2 de mayo.
Estos días, la ministra Reyes Maroto ha llamado asesina a la presidenta madrileña por los fallecidos en la residencia. Con esa regla de tres, Sánchez ha asesinado a los miles de españoles -aún no se conoce el número exacto- que murieron en la pandemia. Todo esto lleva a la conclusión de que el gobierno está perdiendo los papeles.
Ocurre en el peor momento, cuando está cercado por la corrupción. Más que nunca, tendría que moverse con máxima prudencia y sentido común. Pero su estrategia la centra en deshacerse de Ayuso. Como sea.