A Alicante se desplazó el tatuador guardense Víctor Calderón para participar del 25 al 27 de octubre en su Convención Internacional de Tatuajes, una de las diez más importantes que se celebran actualmente en territorio nacional. En este evento, que reunió a cerca de 300 artistas e incluyó numerosas competiciones y certámenes, logró un primer premio en uno de sus concursos, concretamente en el que se celebró el sábado en la modalidad de Blackwork y Dotwork, que englobó a las obras grabadas totalmente en tinta negra, a las de estilo neotribal y a las elaboradas con la técnica del puntillismo.
«Presenté una imagen de iconografía realista a base de fotografías del cliente, que en este caso fue mi hermano, con una temática motera y con unas ornamentaciones en negro haciendo referencia al dibujo de un neumático», explicó el tatuador norteño. Invirtió 18 horas repartidas en dos días para plasmar la pieza, si bien admite que si este trabajo lo hubiera llevado a cabo en su estudio hubiera dividido el proceso en más jornadas y en sesiones más cortas.
Calderón detalla que fue una obra muy difícil de realizar y que con ella pudo demostrar toda su habilidad y capacidad para hacer tatuajes. «Técnicamente fue muy complicada de hacer y, por eso, me llevé el premio. Hacer una imagen realista sin poder recurrir a las sombras o a los diluyentes le da un mayor punto más dificultad», comenta el guardense, que lleva vinculado a este mundo desde hace ocho años y desde hace siete cuenta con negocio propio en su localidad de origen. «Desde muy niño había dibujado, estudie diseño, aunque mi carrera laboral estuvo dedicada a la hostelería. Pero de rebote un poco, tras tatuarme y empezar a investigar, hice un curso y poco a poco a la gente le fue gustando lo que hacía hasta el punto de poder dedicarse a esto como trabajo y dedicarme a ello al 100%», resume.
Se trata del tercer premio que recibe este artista por su trabajo, aunque admite que ninguno de los dos anteriores, que logró en encuentros celebrados en Palencia (vencedor) y en Ponferrada (ganador en la categoría de realismo), llega al nivel que tiene este. «Es el más destacado de los tres porque es la convención más importante», explica.
En el futuro continuará apostando por la formación y participando en citas como las de Alicante. «Estos eventos, además de la posibilidad de ganar un premio, permiten ver el trabajo de otros compañeros. Es una forma de conectar con ellos y de ver lo que actualmente se está haciendo en este campo», comenta Calderón tras destacar el auge de este sector en España en los últimos diez años. «Íbamos con retraso en comparación con Europa y Estados Unidos y hemos pegado un acelerón. Entre los mejores tatuadores del mundo ya hay españoles», concluye.