Editorial

La vergüenza

DP
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Lo grave es que todavía haya una cohorte de palmeros en sus cuadros políticos y agrupaciones de afiliados que comulgue con maniobras tan repugnantes

La tarde del 12 de julio de 1997, un hatajo de asesinos llevó a un concejal de 29 años a una pista forestal de Lasarte con las manos atadas a la espalda. Le obligaron a ponerse de rodillas y el criminal Francisco Javier García Gaztelu, conocido en su organización terrorista, ETA, como 'Txapote', le disparó dos veces en la nuca, dejándolo moribundo y tirado allí para que fuera recogido por las fuerzas y cuerpos de seguridad. El caso de Miguel Ángel Blanco, que fue la venganza por la liberación de Ortega Lara, marcó un antes y un después en la lucha contra ETA.

'Txapote' también asesinó a otros tres concejales del PP (José Luis Caso, José Ignacio Iruretagoyena y Manuel Zamarreño), estaba allí cuando mataron a tiros a Gregorio Ordóñez en San Sebastián y acompañó a 'Kantauri' a asesinar a Fernando Múgica. Participó en varios atentados con bomba y a tiros, y lo que se le ha probado es probablemente una parte pequeña de su vesánico historial. 'Txapote' representa la inmundicia terrorista como pocos más lo hacen, aunque en ETA siempre tendrá competencia por saber quién ha sido el más salvaje, irracional y cruel de sus dementes. Saldrá de la cárcel en unos meses gracias a una maniobra legislativa de Pedro Sánchez que la oposición se ha tragado con una puerilidad que asusta. A pesar de haber sido condenado a más de 150 años de cárcel, pronto será recibido como un héroe, ya que es el paradigma del asesino no arrepentido. Es la gran obra de EH Bildu, un logro que alcanza a otros criminales del calibre del citado 'Kantauri', Olarra Guridi (11 muertos), Ainhoa Múgica (7)... En total, 40 criminales con más de 60 asesinatos a sus espaldas y casi 400 años menos de cárcel. «Los nuestros», en palabras de Arnaldo Otegi, el cetro real de un partido en el que se apoya el presidente del Gobierno de España.

PP y Vox deben ruborizarse, pedir perdón y cortar cabezas. De forma inmediata; cualquier otra opción será una reacción falsaria ante un hecho de gravedad suprema. Sus diputados en la Comisión de Justicia se comieron una engañifa del PSOE de forma inexplicable. Es conocido que EH Bildu llevaba años buscando la forma de eliminar la incompatibilidad del cumplimiento de penas en Francia con la de España para descontar así los años de penal en el país vecino de las condenas aquí. Ahora ya sabemos qué es lo que negoció a puerta cerrada Sánchez con EH Bildu, pero también que la oposición está más centrada en escribir discursos de laboratorio cuya simpleza asusta que en estudiar hasta la última coma de lo que pasa en el Legislativo. Respecto de Sánchez, poco más se puede decir. Es un presidente amoral que escupe, una vez más, sobre la memoria de los muertos en nombre de la democracia sin más finalidad que la de detentar el poder. Lo grave no es lo que haga el presidente, que ya es conocido incluso a nivel internacional por su falta de escrúpulos y principios. Lo grave es que todavía haya una cohorte de palmeros en sus cuadros políticos y agrupaciones de afiliados que comulgue con maniobras tan repugnantes como esta.