Ayer en las carreteras se vivieron varios ejemplos claros de los efectos de esta inversión térmica, pero también en la ciudad, donde por la mañana hubo más de un susto y alguna caída a consecuencia de la fina capa de hielo formada en los suelos más pulidos de la ciudad, los pasos de peatones y zonas sombrías.

 

Y es que por la noche, los termómetros, cayeron hasta los -4,1ºC.

 

Debido a esto, los operarios de Urbaser, se encargaron de extender fundentes en algunas zonas de la ciudad. «No está activado el dispositivo especial, por eso no se han hecho recorridos, y los operarios han repartido sal donde han creído conveniente, pero hay que tener claro que la sal no sirve para licuar el hielo», explican desde Urbaser. Al menos sí sirve para que en estas zonas, el agua y la humedad no vuelvan a congelarse.

 

Bajo cero casi todo el día. Sin embargo, para que el hielo desaparezca hace falta que las temperaturas asciendan, y ayer apenas superaron los 0ºC. Según el Observatorio que la Agencia Estatal de Meteorología tiene en la capital, no estuvo helando durante cuatro horas -de las 14 a las 18 horas-. Y cuando los termómetros superaron los 0 grados, sólo llegaron a alcanzar los 0,6ºC a las 17 horas.  

 

En el Observatorio de Autilla, ni siquiera se llegó a superar el punto de congelación.

 

En contraposición a la situación del sur de la provincia, y como otro efecto de la inversión térmica, en el norte se vivió una jornada de lo más apacible, incluso agradable en cuanto a las temperaturas. Por ejemplo, en Camporredondo de Alba, en lo alto del valle del Carrión, se llegaron a rozar los nueve grados. De hecho, la máxima registrada ayer en la capital palentina fue similar a la mínima de ayer en esta zona de la Montaña Palentina: 0,6ºC. En Cervera, en la parte alta del valle del Pisuerga, los termómetros llegaron a los 5 grados.

 

Para hoy, las temperaturas volverán a ser similares, así que no está de más andar con pies de plomo para evitar caídas en las zonas congeladas.