Cumplir con sus obligaciones tributarias es uno de los deberes de los ciudadanos, entre otras razones porque el dinero no crece en los árboles y el Estado ha de acometer los costes de las infraestructuras que sostiene, de los servicios que presta, de las ayudas que concede, de los tratamientos que sufraga, de la educación y la sanidad universales y del funcionamiento de sus propios engranajes. Y si el ciudadano es el beneficiario último de esas infraestructuras, servicios y prestaciones, es lógico que contribuya a ello. Hasta ahí todo está meridianamente claro. Otra cosa es que exista un consenso sobre la forma de aplicar la fiscalidad.
Muchos opinan que los asalariados, sean cuales sean su puesto, su estatus y sus emolumentos, deberían quedar a pre en el momento de la declaración de la renta, es decir ni pagar ni cobrar, como resultado de la aplicación exacta y ajustada de sus aportaciones mensuales en la nómina. Muchos otros consideran que eso no sería justo, puesto que hay deducciones que no se incluirían y eso podría ir en detrimento del contribuyente. Hay, también, quienes están en completo desacuerdo con los baremos, los tramos y los tipos impositivos, sobre todo si esa declaración les sale a pagar. Porque, no nos engañemos, a nadie le gusta tener que abonar un dinero, aunque sea la consecuencia de unos ingresos altos.
Por todo lo anterior e inmersos como estamos en plena campaña de la declaración de la renta correspondiente al ejercicio de 2023, es conveniente que la Agencia Tributaria facilite al máximo las vías para hacerla efectiva, de forma que si alguien es reticente a ser copartícipe del concepto de Hacienda pública, al menos no tenga la excusa de alegar que resulta difícil. Online, telefónica y presencial son las formas habituales de hacerlo, pero se ha sumado ahora la de la videoconferencia, destinada a ayudar a cumplimentarla a las personas mayores de 65 años de los municipios rurales. Se lleva a cabo en más de cuatrocientos de toda España, de los que 27 están en la provincia de Palencia. Colaboran en este caso los Ayuntamientos de Ampudia, Astudillo, Grijota, Magaz de Pisuerga, Osorno la Mayor y Villalobón, habilitando espacios y ordenadores con cámara. Allí se pueden acercar sus vecinos más veteranos y los de otra veintena de pueblos cercanos, en vez de tener que pedir cita en Palencia y realizar un desplazamiento más largo. Se trata de localidades con menos de tres mil habitantes, que carezcan de un centro de la Agencia Tributaria y de servicio de asistencia en campaña. El año pasado ya se puso en marcha en Villalobón, y funcionó bien, y esta vez se ha extendido.
Cuanto mejor sea el servicio y más sencillo el trámite, más espíritu de comunidad habrá.