Entre los pregones de los santantolines, el del Casino goza de un merecido reconocimiento, más cuando como el de ayer recae en una profesional, en este caso del mundo del periodismo, que con sus palabras conquista el corazón del auditorio con una sentida y firme defensa de sus raíces. «A pesar de que siempre he querido viajar, siempre he sentido que mi lugar en la tierra era este», aseguró. « Sin su fuerza, su espíritu y los palentinos que me han criado y enseñado, hace tiempo que me habría perdido», añadió.
La periodista natural de Paredes de Nava, Araceli Infante, directora del programa Espejo público, alabó los valores de los palentinos (castellanos viejos) que han «guiado» y «ayudado» en toda su vida profesional. «Personas honestas, nobles, directas. También reservadas, calladas a veces y de pocas palabras en general. Pero siempre gente de buen corazón, dispuesta a ayudar sin pedir nada a cambio», afirmó.
«La verdad tiene muchas caras y hay que ofrecerlas con integridad y rigor. Características un tanto devaluadas en nuestra sociedad, pero que son fundamentales a la hora de tomar decisiones en el ámbito periodístico», señaló. Compromiso, esfuerzo y trabajo, valores que «no están de moda pero que son absolutamente esenciales para desempeñar puestos de responsabilidad dentro de nuestro oficio»; enseñanzas que agradece a familia y profesores y de colegio e instituto (Casilda Ordóñez fue una de las citadas). También se refirió a otra característica que «nos define como sociedad», que es la «ser críticos»: «desde la moderación y la razón, con las decisiones del poder sea el que sea. Y, por otro lado, con nosotros mismos», añadió. Otra de las cuestiones que a menudo recuerdan su ascendencia es que «llamamos a cada cosa por su nombre», comentó.
En un momento de su intervención se refirió a que el periodismo de proximidad es hoy «más necesario que nunca»; en otro a su experiencia en la guerra de Ucrania y el encuentro con la primera dama, Olena Zelenska, a la que contó que su pueblo, Paredes de Nava, había sido uno de los primeros en acoger a refugiados de su país.
«Somos el epicentro de la España vaciada, pero en cierta forma somos también la conciencia de nuestra sociedad y guardamos valores necesarios para no perder el norte en estos tiempos acelerados que nos han tocado vivir», manifestó la pregonera de los sanantolines en el Casino, unas fiestas de septiembre que son sus favoritas del año, y es que «son unos festejos de esperanza y reencuentro».
«Aunque como mi madre me recuerda muchas veces, y ya escribió mi paisano el poeta Jorge Manrique, lo único importante es la memoria. Pasar por la vida haciendo el bien es el auténtico éxito», concluyó.