Expositores de las ferias del libro y de artesanía hacen un balance positivo de estos sanantolines, y es que según señalan, cuando parecía que ni iban salvar los muebles, ya en la recta final de las citas, cabe hablar de un moderado grado de satisfacción, aunque coinciden en que resultaron más «flojas» que el pasado año.
«El balance al final ha sido positivo», afirma el presidente de la Asociación de Libreros y Editores de Palencia, Ángel Iglesias, y es que «cuando empezó la feria, tenía miedo por las fechas». «Al final estamos contentos; siempre esperas un poco más, pero bueno, la feria se ha salvado», incide. «Este último fin de semana ha sido clave», subraya. En cuanto a los títulos que más ha vendido, hace referencia a las novedades (La temeraria, de Isabel San Sebastián) y, además, a El barco de Teseo, un libro ideado por JJ Abrams que es al mismo tiempo una historia y un juego.
La Feria del Libro, que este año alcanzó su cuadragésima octava edición, recuperó su programación infantil y contó con diversos talleres y cuentacuentos para los más pequeños. Retomó así unas actividades que se suprimieron debido a la pandemia. Al margen de esta novedad, que fue muy bien recibida, la cita contó con 20 casetas y 22 expositores, unas cifras idénticas a las del año pasado que permiten consolidar el crecimiento sostenido experimentado en ediciones precedentes. En este sentido, decir que en 2021 hubo 14 casetas con 16 expositores y en 2022 17 casetas con 19 expositores.
expositores. La Feria de Artesanía celebró su vigésima quinta edición con un notable incremento en la participación, ya que el paseo del Salón Isabel II reunió a 43 talleres de oficios artesanos y artísticos, lo que supuso un tercio más que el pasado año, cuando tuvieron expositor 32 profesionales del sector. Hubo una numerosa participación de artesanos de Castilla y León, 33 de los 43, junto a profesionales de Asturias, Lugo, A Coruña, Pontevedra, Navarra, Madrid, Girona y Portugal. Palencia aportó seis expositores de distintas especialidades: la cerámica de Victoria París, los artículos de cuero de La Vaca Azul, los esmaltes al fuego de Susana, los productos para el cuidado personal de Pomada Delapura, el diseño gráfico impreso en textil de Niquis del Páramo y los puzles de madera de LaMoonDa. «Ha sido más floja que la del pasado año. Algunos se preguntaban qué pasaba. La calle es lo que tiene», señala París.