Lejos de la gloria alcanzada meses atrás, el Real Madrid atraviesa uno de sus peores momentos desde que Carlo Ancelotti regresara al banquillo merengue, en plena crisis de resultados y juego, con un serio problema en defensa, sin dar con la tecla para dominar los partidos en el centro del campo y sin la efectividad esperada en ataque, complicaciones que refrendan los datos de 'Driblab'.
La derrota por 1-3 frente al Milan en la Liga de Campeones fue la gota que colmó el vaso en un equipo que está muy lejos de aquella versión que le permitió ser muy superior en el campeonato doméstico y levantar la 'Orejona', por delante de muchos favoritos. Una reacción que debía haber ocurrido este pasado martes, pero en su lugar llegó otro duro golpe tras el 0-4 del Clásico ante el Barcelona.
Lo más preocupante son las sensaciones que da el 15 veces campeón de Europa, sin la electricidad necesaria cuando va por debajo y lejos de la actitud que demanda la grada del Santiago Bernabéu. Una hinchada merengue que vio dos derrotas consecutivas por primera vez en más de cinco años en su estadio.
Las piernas tampoco parecen responder, en muchas ocasiones corriendo sin sentido, de manera desestructurada. Ante los italianos, ni la épica apareció, en una entidad donde lo importante siempre son los resultados, que no llegan. Mientras en otras temporadas el compromiso era innegociable, este curso es una excepción. En esta edición de la Champions, el Real Madrid ha corrido cinco kilómetros menos que el plantel italiano, seis menos que el Borussia Dortmund, 11 menos que el Lille y ocho menos que el Stuttgart.
«Tenemos que encontrar la solidez que hemos tenido durante mucho tiempo. Hemos encajado siete goles en los últimos dos partidos y es demasiado para un equipo que ha construido su fuerza en la solidez», analizó Ancelotti tras perder contra el conjunto 'rossonero'. Pero lo cierto es que en los últimos tres encuentros de los blancos -el triunfo (5-2) con susto ante el Dortmund, la goleada del Barça y la reciente derrota- el bajón se ha acrecentado.
En defensa, el Real Madrid, que ha recibido nueve goles en los últimos tres duelos- solo hay nueve equipos que encajen más tantos de media-, ha concedido un total de 36 remates, es decir, 12 de media. Si la ausencia de Toni Kroos es clave, parece que la de Dani Carvajal, lesionado de gravedad de la rodilla derecha, también hace mucho daño.
Además, esto ocurre con una de las defensas más hundidas del continente, permitiendo casi 12 pases (11,8) en cada jugada de estos tres rivales. El Dortmund tuvo 1,1 goles esperados, el cuadro culé 1,2 y el Milan 1,6. Son malos datos que se añaden al 1,3 contra el Stuttgart, también en el Bernabéu.
Falta de puntería
Ancelotti sabe que la recuperación debe empezar por recuperar la solidez atrás, pero el rendimiento ofensivo está también lejos de ser el mejor. La verticalidad que siempre ha caracterizado al equipo ya no es tal, ni siquiera con la llegada de un Kylian Mbappé cuya adaptación empieza a preocupar.
El francés goza de más ocasiones que en su anterior año en el PSG, pero su pólvora está mojada. Este año remata cinco veces de media por partido, uno más que el anterior curso, sin contar penaltis. Sin embargo, esta campaña lleva 0,3 goles de promedio por choque cada 90 minutos, lejos de los 0,7 de la 2023/24.
Otro factor determinante es el papel de Jude Bellingham, venido a menos en estos primeros meses de la temporada. Solo suma dos asistencias en 12 encuentros y lejos queda ya su gran papel en la Supercopa de Europa, donde fue nombrado mejor jugador del duelo frente al Atalanta transalpino.
Aunque es, sin duda, la retirada de Toni Kroos uno de los aspectos más determinantes. Sin el 'faro alemán', las posesiones son más cortas (50,4 por ciento de media) y los pases entre los jugadores merengues tienen una distancia media de 17,3 metros, apenas sin arriesgar. Un problema añadido para un Real Madrid que está obligado a reencontrarse en los próximos partidos.