La suspensión temporal del derribo de la pasarela de San Antonio, comunicada por el Ayuntamiento tras su reunión del lunes con el presidente de Adif, causó ayer perplejidad en la Junta de Castilla y León y la Diputación. El delegado territorial, José Antonio Rubio, aseguró durante la mañana de ayer que el Ejecutivo autonómico no ha recibido ninguna notificación por parte de Adif sobre la paralización de las obras anunciada por el equipo de Gobierno de Miriam Andrés el día antes. «A nosotros los técnicos no nos han dicho nada de esa suspensión. Yo no estuve en esa reunión, solo puedo hablar de nuestras comunicaciones con Adif», indicó el delegado.
Rubio explicó que la Junta lleva semanas trabajando con el gestor ferroviario en la búsqueda de soluciones técnicas para compatibilizar la obra de ampliación de la vía convencional con la necesidad de mantener el acceso a la ciudad desde las carreteras CL-613 y CL-615. «Estas obras son necesarias, no para la línea del AVE, sino para potenciar el transporte de mercancías con la ampliación de la línea ordinaria», defendió. Según detalló, una de las alternativas analizadas fue la construcción de una pasarela alternativa, que fue descartada por su afección a viviendas y a una fábrica en un espacio muy limitado. «La solución está en manos de los técnicos», zanjó, tras recordar que ayer se realizaron visitas con transportistas locales para evaluar otras posibilidades.
Quien también salió al paso de la información vertida por el Consistorio fue la presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén, que rechazó cualquier implicación directa de la institución provincial en las gestiones con Adif, después de que el Ayuntamiento revelara que en la reunión del lunes se les informó de que la Diputación había solicitado la adecuación del camino de San Román como vía alternativa al cierre de la pasarela.
«Yo no he tenido ningún contacto, ni telefónico ni personal, con Adif, eso tiene que quedar claro», aseguró Armisén, molesta por las insinuaciones del Consistorio. La presidenta explicó que la única intervención de la Diputación se ha limitado a remitir unos planos técnicos de un estudio elaborado hace tres años, y que se ha hecho a petición de Adif tras una reunión convocada por la Junta. «Nunca hemos visto el Camino de San Román, en su estado actual, como una alternativa al tráfico habitual, y así lo manifesté en esa reunión», añadió Armisén. El Ayuntamiento desechó esta posibilidad porque, en la práctica, supondría sobrecargar de tráfico el Puente Mayor. «No creemos que esa solución resuelva el problema de movilidad que generaría el derribo de la pasarela», apuntó Bilbao, que insistió en que el nuevo acceso desembocaría en el Puente Mayor, ya colapsado en horas punta.
En todo caso, Armisén recordó que la Diputación sí trasladó a la alcaldesa, por carta, su preocupación por la posible eliminación de la pasarela y la falta de información sobre soluciones alternativas. «La mayoría de los pueblos de esa zona, así como las ambulancias, dependen de ese acceso. Queríamos conocer las alternativas, sobre todo porque coincide con otra obra de Adif en el puente de gálibo que afecta también al Camino de San Román», subrayó.
El martes, tras reunirse en Madrid con el presidente de Adif, el Ayuntamiento anunció que el gestor ferroviario accedía a paralizar temporalmente la demolición de la pasarela mientras se analiza su posible compatibilidad con las obras. «Nos han transmitido que, mientras se analiza su viabilidad, la demolición queda suspendida», declaró el concejal de Urbanismo, Álvaro Bilbao, que insistió en la necesidad de garantizar la conectividad de la capital durante los trabajos. La alcaldesa, Miriam Andrés, valoró el cambio de actitud de Adif y reiteró la apuesta del Consistorio por «soluciones que no comprometan el tráfico en la ciudad».