No se ganó a Zamora en una hora, pero sí en dos. Porque hasta el último minuto la victoria pudo caer de cualquier lado. Fue muy sufrido, pero al fin y al cabo fue un triunfo del Súper Agropal, que se repuso del tropiezo en Menorca derrotando a un aguerrido conjunto de Saulo Hernández.

Reaparecía Kamba como única novedad en el quinteto inicial, en el que se mantiene Oroz. Que el partido iba a contar con un ritmo frenético era una evidencia. Se enfrentaban dos equipos fulgurantes, que quieren jugar a un número de posesiones similar. Así que no sorprendió el 0-8 de partida visitante, ni tampoco la inmediata reacción palentina con un sensacional Xabi Oroz en el robo. El gigante lituano Paukste, techo de la liga con sus 2,24 m, empezaba a intimidar y solo necesitaba alargar el brazo para transformar. El partido se movía en una diferencia muy corta. Parecía que las defensas brillaban por su ausencia, con unos dígitos en ataque altísimos. No había pausa, no había un solo respiro. Ni un solo tiempo muerto en los primeros diez minutos, que terminaron con 24-27 en el marcador, con Kamba siendo el máximo anotador morado con siete puntos.

Parecía que Zamora cerraba su aro en el comienzo del segundo cuarto y seguía con su buen hacer en ataque, colocando los siete puntos de ventaja. Pero entonces respondía desde el triple Wintering para reducir la renta, a pesar de que Hanzlik, desde su casa, también estaba acertado en el triple, manteniendo la renta. Con un 2+1 visitante llegaba el primer tiempo muerto del encuentro, de Luis Guil, que coincidía con una sonora pitada al trío arbitral (29-37). Lo y Hearst ponían el +11 para los zamoranos, pero contestaban Vaulet y Krutwig con una canasta y personal que provocaba el primer tiempo muerto visitante (35-42 a 2'30 para el descanso). Vaulet y Kamba acercaron al Súper Agropal Palencia (40-46) antes de que los técnicos aprovechasen para frenar el encuentro y pintar las últimas jugadas de la primera parte. Surtió efecto para los palentinos, porque Kunkel cerró el primer tiempo con su canasta (42-46).

Al Zamora se le ganó en dos horas - Foto: Sara MuniosgurenNo bajaba el ritmo el tercer cuarto, que comenzaba con Borg empatando el partido a 50. Krutwig volvía a poner por delante al Súper Agropal mucho tiempo después (52-50), aunque el Caja Rural CB Zamora no había venido a rendirse a las primeras de cambio y, con un enorme Paukste en la pintura, mantenía la igualdad en el electrónico. Regresaba el descontento con el trío arbitral del público, que llenó, otra vez, el pabellón. Más bien nunca se fue. Cobraba Powell la técnica a Guil para ajustar más el marcador. Pero entraba en ebullición Kunkel en los minutos finales hasta colocar el 66-64 con el que terminó el tercer acto.

Todo por decidir, por lo tanto, en el último. Primeros tres minutos de desconcierto local y visitante, con fallos de uno y otro equipo. La tensión era real, los nervios hacían mella. Fallaba hasta Pauskte en el poste bajo, algo inédito en el choque. Tenía que llegar un inspirado Kunkel para romper la sequía anotadora local desde los 6,75 m (69-64). Por su parte, Walker acababa con la visitante (69-66). El partido se iba a decidir en los pequeños detalles, en cada jugada. Por eso cada punto era importante y los de Krutwig, con dos canastas consecutivas, lo eran. Pero Walker seguía manteniendo a Zamora en el partido desde el triple (73-69). Fue entonces cuando Krutwig y Vaulet tomaron el mando para colocar el 77-70, forzando el tiempo muerto de Saulo Hernández. Desde el tiro libre reducía la renta Pauskte, pero la cosa se complicaba para Zamora: Walker se iba eliminado, Saulo Hernández veía la técnica y Borg transformaba (78-72). Zamora metió el miedo en el cuerpo a los palentinos desde el tiro libre, colocándose a tres puntos, pero Vaulet cerró la victoria morada haciendo lo propio (79-75).