La pedrea de Santo Toribio calienta motores

Carlos H. Sanz
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Escolares de Villada descubren la tradición capitalina con una recreación de la pedrea y su primera visita al Cristo del Otero, que les sorprendió por su enorme tamaño

La Romería de Santo Toribio, uno de los festejos más emblemáticos de la capital, está a punto de regresar. Tras un año de espera, el barrio del Cristo se prepara para celebrar una tradición profundamente arraigada que tendrá su día grande el 27 de abril, con la tradicional Pedrea del Pan y Quesillo. La Asociación de Vecinos del barrio apura los últimos detalles de unas fiestas que arrancarán oficialmente el día 20, Domingo de Resurrección, con el pregón a cargo de José Luis Rubio, presidente del Club de Jubilados del Cristo. Ese mismo día se entregarán los galardones del Cristo de la Alegría y el Cristo de la Tristeza, y se celebrará la popular torreznada.

Pedro Arenillas, presidente de la asociación vecinal, no ha querido desvelar aún los nombres de quienes recibirán los reconocimientos, aunque sí adelantó que el Cristo de la Alegría recaerá en una persona «que no solo ha trabajado por el barrio sino por el bienestar de la ciudad». Sobre el de la Tristeza, señaló que «es previsible» y «seguro que no causa ninguna sorpresa».

El cohetón marcará el inicio de las celebraciones, que culminarán con la romería del día 27. Esta cita, declarada fiesta de interés turístico regional en 2005, rememora el apedreamiento de Santo Toribio por predicar contra la herejía priscilianista. Según la leyenda, tras el ataque la ciudad sufrió una serie de inundaciones que se interpretaron como castigo divino, lo que llevó a los palentinos a honrar al santo. Desde entonces, la tradicional pedrea simboliza aquel episodio histórico.

La pedrea de Santo Toribio calienta motores La pedrea de Santo Toribio calienta motores - Foto: Juan Melladodesde villada. La leyenda ha servido también como recurso educativo en el colegio Carlos Casado del Alisal, de Villada. Ayer, los alumnos de tercero a sexto de Primaria visitaron la capital para conocer la tradición y recrear la pedrea a los pies de la ermita. Julia Aláez Urdiales, su tutora, explicó que el objetivo de la actividad era acercar esta celebración a los escolares. «Hemos venido a celebrar con los niños que conozcan una tradición nueva que no deja de ser algo de su provincia y que muchos de ellos ni siquiera conocían».

Diana, una de las alumnas participantes, confesó que hasta ahora apenas conocía nada de la fiesta. «Solo que sale gente y tira el pan y el queso y luego se lo comían», relató. «Esta es la primera vez que veo desde tan cerca el Cristo del Otero, ya que siempre lo observaba desde lejos. Me ha gustado esta tradición, ha sido muy guay».

Martín, por su parte, sí había oído hablar de la romería. «Me ha gustado mucho el Cristo, aunque ya había venido antes con mis padres», comentó. A Aya le sorprendió especialmente la escultura de Victorio Macho, aunque «nunca había escuchado hablar de la pedrea del Cristo». «Lo que más me ha gustado ha sido el Cristo del Otero porque es gigante. Solo lo había visto desde el coche, de muy lejos».

La pedrea de Santo Toribio calienta motores
La pedrea de Santo Toribio calienta motores - Foto: Juan Mellado
Está claro que, con niños tan entregados, el futuro de la tradición está garantizado. No obstante, el presidente del barrio lamenta que la declaración de fiesta de interés turístico nacional no avance al ritmo esperado. «No tenemos noticias de que haya algún avance», recalca.