Las cotizaciones oxigenan las arcas públicas

Carlos Cuesta (SPC)
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La recaudación en España en concepto de IRPF se dispara en el primer semestre hasta un máximo histórico de 55.247 millones de euros, un 10,6 % más que en el mismo período de 2023 y un 55% más que antes de la pandemia

Las cotizaciones oxigenen las arcas públicas

La capacidad de recaudación del Estado mantiene una línea de crecimiento sin precedentes en España ante el incremento que están registrando indicadores como el empleo y la subida de las retribuciones laborales, que están disparando los ingresos en concepto de IRPF hasta un máximo histórico de 55.247 millones en el primer semestre, un 10,6% más que en el mismo período de 2023 y un 55,1% más que en 2019, antes de la pandemia.

 Según el último informe publicado por la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE), los ingresos de los primeros seis meses del año por impuestos firmaron un máximo histórico de 124.329 millones de euros -del total de 151.225 millones, un 4,7% más respecto al mismo período de 2023-, es decir, el 82% de los ingresos, tras dispararse hasta un 6,9% en los siete primeros meses.

En el caso del IRPF, el incremento en la primera mitad del año responde al alza de las rentas del trabajo, derivadas tanto del repunte del empleo y de los salarios, como de las retenciones por el rendimiento del capital mobiliario, es decir, de los intereses cobrados por depósitos o los dividendos de acciones.

El crecimiento se produce, además, a pesar de factores negativos como los datos tributarios de junio, que recogen una gran parte de las devoluciones realizadas en la campaña de la Renta de 2023.

Más allá de las cifras de este año, los economistas aseguran al analizar esta trayectoria que se observa un incremento constante de las aportaciones en concepto de IRPF. Así, en el primer semestre de 2019, antes de la pandemia, era de 35.625 millones, ligeramente por debajo del entonces máximo histórico para ese período (36.345 millones, registrado en 2008). A partir de entonces, y tras un pequeño retroceso en 2020 (34.449 millones), la recaudación del primer semestre no ha parado de aumentar en España a medida que lo hacía también el empleo y, después, los salarios: 39.009 millones en 2021, 44.948 millones en 2022, 49.931 millones en 2023 y 55.247 millones de euros en 2024.

Esta evolución es paralela a la experimentada por el empleo -en junio de este año había 21,4 millones de ocupados, casi dos millones más que en junio de 2019 (19,5 millones)- y la renta bruta declarada por los hogares pasó de 677.622 millones en 2019 a 842.972 en 2023, según los informes anuales publicados por la Agencia Tributaria.

Por lo que respecta al gravamen de Sociedades, en la primera mitad del año, Hacienda recaudó 4.449 millones, un 59,6% más, en parte por los mayores beneficios de las empresas así como por el impacto del límite a la compensación de las bases imponibles negativas.

En este contexto, hay que sumar también los ingresos por IVA de enero a junio, que ascendieron a 45.921 millones, un 8,2% más, sobre todo por la recuperación paulatina de los tipos en la fiscalidad que afecta a la energía, que habían estado bonificados en el país en los momentos de mayor inflación.

Dentro de los impuestos especiales, el de hidrocarburos recaudó 1.869 millones, un 1,7% más; el del tabaco, 1.325, un 9,6% más, y el de los envases de plástico no reutilizables, 289, un 3,3% más. 

Mayor déficit

El estirón que ha dado el PIB en el primer semestre ha disparado la recaudación tributaria casi un 9%, lo que ha permitido reducir del déficit público al 1,92%, pero sin que el Gobierno haya recortado el gasto, lo que se ha traducido en que el agujero del Estado creciera al 2,71% hasta julio. 

En este escenario, una buena parte de los analistas económicos reclaman al Gobierno que deflacte los ingresos de las rentas medias para que no sean las más perjudicadas en esta espiral recaudatoria. Al ser el IRPF un impuesto progresivo, el alza de las remuneraciones puede implicar también un cambio a un tramo fiscal superior para el trabajador y, en consecuencia, una mayor penalización fiscal.