Las consultas de la unidad de Alergología del Complejo Asistencial Universitario de Palencia (Caupa) reciben diariamente a más de cincuenta pacientes, según detalla su responsable, la doctora SusanaCabrerizo.
La alergia es una patología cada vez más prevalente que, de un tiempo a esta parte, sufren los afectados más allá del período estacional. En primer lugar, porque la mayoría de ellos son polisensibles y tienen alergia tanto a los granos de las cupresáceas en febrero como al polen de las gramíneas entre mayo y junio y al de las malezas en los meses de verano.Además, a estos problemas relacionados con la flora se pueden sumar las alergias que se extienden durante todo el año: los ácaros del polvo y los alérgenos provocados por las mascotas, que cada vez son más habituales en las viviendas. «No es un problema tan estacional. Se está prolongando durante todo el año», opina la facultativa, que encabeza una unidad compuesta por tres médicos, dos enfermeras y un técnico en cuidados auxiliares de enfermería (TCAE) y que en estos momentos «ha ampliado el horario de atención a algunas tardes al mes con el fin de disminuir la lista de espera existente».
Por si fuera poco, algunos pacientes ya sufrieron varios de los síntomas en los primeros meses del año, como nariz taponada, ojos llorosos y, en ciertos casos, asma. «Fueron fuertes la polinización y los problemas de los pacientes en invierno, que es cuando polinizan las cupresáceas (los cipreses y sus plantas derivadas, como la arizónica de los setos)», detalla la doctora antes de avanzar que la primavera, si todo marcha como está previsto, será también más complicada que el ejercicio anterior para los alérgicos palentinos. «Los niveles de polen de las gramíneas serán más elevados este año porque ha llovido mucho y la vegetación está muy potente», detalla la facultativa del Caupa. Y aún faltarían los granos de las malezas, que «llegan posteriormente porque se secan más tarde».
Respecto a los alérgenos que no son estacionales, Cabrerizo comenta que los ácaros enPalencia «antes no eran un problema, pero cada vez vemos más alérgicos». Por otro lado, detalla que se está incrementando el número de personas con animales domésticos, con las consecuencias que ello provoca en este aspecto.
La responsable de Alergología vuelve a invitar que cualquier persona que sufra síntomas similares a los de la alergia acuda a su médico de AtenciónPrimaria para que sea derivado al especialista, que «enfocará el diagnóstico y el tratamiento, que abarca desde medidas higiénico-ambientales a tratamientos con medicinas para controlar los síntomas». Entre las primeras figuran el uso de gafas que protejan los ojos y otras medidas para disminuir la exposición del alérgico a los pólenes a la hora de ventilar las casas. También dan consejos a la hora de evitar el contacto con los ácaros del polvo. «Son unas normas de control ambiental que damos a los pacientes», manifiesta. Con las mascotas, el primer consejo sería no tenerlas, pero «cuando eso es imposible por el vínculo afectivo entre paciente y animal ponemos tratamiento sintomático y muchas vacunas para los epitelios de las mascotas», añade.
INMUNOTERAPIA. Por otro lado, la doctora explica que también han aumentado los pacientes de la unidad de inmunoterapia. Ahora rondan el medio centenar, cuando hace un año eran unos cuarenta usuarios los que recibían el tratamiento etiológico contra las alergias que consiste en una vacunación al mes durante un período que oscila entre tres y cinco años. Por este aumento, la atención pasó de hacerse únicamente los lunes a también otros días de la semana. «Es un servicio cada vez más demandado», subraya.
Cabe destacar que las vacunas se inoculan en un brazo y que el paciente, tras el pinchazo, debe esperar unos 30 minutos en el hospital bajo vigilancia médica.Después se verifica su estado.Si no presenta reacción, puede marcharse del centro hospitalario y volver otro día. Si ocurre lo contrario, los doctores valorarán si se precisa de un cambio de dosis o de un ajuste de tratamiento.
Esta unidad del Caupa está catalogada de «inmunoterapia avanzada» desde febrero de 2023, reconocimiento con una validez de cinco años.