La música del órgano barroco volverá a sonar

Sara Diez
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El Ayuntamiento de Fuentes de Valdepero quiere obtener una financiación para restaurar el instrumento, que está en la parroquia, y para ello reunirá un presupuesto de 177.716,33 euros

El órgano de la época barroca, situado al lado del Evangelio en la parroquia de Nuestra Señora la Antigua, en la localidad de Fuentes de Valdepero. - Foto: SARA MUNIOSGUREN

La localidad de Fuentes de Valdepero tiene un órgano de estilo barroco, ubicado en la parroquia de Nuestra Señora de la Antigua, concretamente al lado del Evangelio. Este año, el encargado de presupuestar la restauración íntegra del mueble es Federico Acitores. Para ello, Acitores necesita reunir 177.716.33 euros (130.526,33 empleados en la intervención; y los 47.190 restantes en el trabajo).

Las reparaciones y las reformas del instrumento barroco se le atribuyeron al organero burgalés Tadeo Ortega, lo que está acreditado en el libro de inventarios de los órganos de Palencia. Además, el ejemplar de 1633, cuyo autor es desconocido, «es una pieza maravillosa, que no está apreciada y se considera que es superior a otros órganos», señala el encargado del mismo, Luis Fernández.  

El instrumento es de tamaño medio y es típico de las parroquias rurales de finales del siglo XVIII, aunque no se sabe con certeza si este órgano se construyó a finales del siglo XVII o principios del XVIII. Así, varios expertos en la materia trasladaron el aerófono a la parroquia de Nuestra Señora de la Antigua de Fuentes de Valdepero en el año 1634. 

En lo que respecta a las pinturas del instrumento, actualmente son «algo realmente desconocido», puesto que no están registradas en el libro de inventarios previamente citado. Sin embargo, el órgano de Meneses de Campos tiene un dibujo de la época medieval que es muy  similar al de Fuentes de Valdepero: se trata de una corrida de toros. 

En cuanto a su estructura, el órgano barroco tiene un teclado manual formado por 45 notas, varios registros partidos, diez registros de mano izquierda y 11 de derecha, ocho notas de la octava corta, dos rodilleras y registros de adorno, es decir, dos tubos de madera y uno de lengüeta, según las condiciones que impuso Tadeo Ortega. 

En cuanto a los huecos que hay dentro, según afirma Fernández, «en el año 61 proliferaban mucho los chamarileros, es decir, los que arreglaban cazuelas, pucheros y paraguas». Así que estos trabajadores se llevaron los tubos para poder arreglarlos, utilizarlos para fabricar perdigones para cazar o poder venderlos en el mercado. 

RESTAURACIÓN DEL MUEBLE. Para reparar este órgano barroco «se llevarán a cabo numerosos trabajos de pura conservación del mueble destinados a asegurar la subsistencia de la obra en el transcurso del tiempo; y de restauración, encaminados a restablecer los valores y cualidades estéticas del objeto, favoreciendo su lectura y comprensión a los visitantes», asegura el encargado de restaurar el órgano.

Asimismo, se eliminará el polvo y los residuos sólidos acumulados en la superficie del mueble. Para ello, «se limpiarán todas las superficies mediante aspiración o a través de medios mecánicos», afirma Fernández. También, «se llevará a cabo la consolidación del soporte en profundidad mediante impregnación e inyección de productos fungicidas e insecticidas, con el objetivo de recuperar las zonas fuertemente degradadas».

Por último, se hará un sentado de color para evitar que se produzcan pérdidas de policromía, es decir, del color. Se reensamblarán las piezas que lo requieran para evitar las grietas que se puedan producir. De este modo, se le devolverá al objeto su estabilidad mecánica en integridad física. Al mismo tiempo, se eliminarán los clavos que pudiera haber incrustados en el órgano y en caso de que no se consiguiera, se les aplicará un transformador de óxido para que no sean peligrosos para los visitantes.