Llevan investigados seis posibles brotes toxialimentarios

Alberto Abascal
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En una residencia de mayores, la erupción de gastroenteritis supuestamente tuvo el origen alimentario, ya que en manipuladores de alimentos y en algún residente el coprocultivo dio positivo a salmonella

Llevan investigados seis posibles brotes toxialimentarios - Foto: BEATRIZ MONTERO

Los episodios de intoxicaciones alimentarias se hacen más presentes con la llegada de períodos de altas temperaturas como el que se está viviendo en la Comunidad estos días. De ahí, que el Consejo de Colegios Veterinarios de Castilla y León lance una serie de recomendaciones para evitar posibles brotes alimentarios y escenarios no deseados de salmonelosis y anisakiosis.

Los veterinarios, que son los profesionales encargados de la vigilancia e inspección en materia de salud pública, recuerdan la importancia de ser exigentes en la higiene personal, extremar las precauciones al preparar la comida y conservarla adecuadamente. Hay que recordar que la salmonella es un germen que puede encontrarse con frecuencia en alimentos o agua contaminados con heces procedentes de animales o personas infectadas. Estas bacterias pasan a los alimentos por la ausencia de higiene de quien los manipula (manos sin lavar), por superficies de trabajo sucias o a través de otros alimentos crudos, contaminados o poco cocinados. 

La salmonella suele estar presente con más frecuencia en huevos y derivados poco cocinados o crudos (mahonesas y cremas), en carnes (especialmente de ave) y en el pescado. De ahí que los establecimientos públicos no puedan elaborar su propia mahonesa y deban dispensar la de consumo industrial.

Para evitar los brotes de salmonelosis, el consejo autonómico recuerda que es necesario ser exigente en la higiene personal: lavarse las manos con agua caliente y jabón antes de manipular alimentos y, especialmente, en caso de diarreas. 

Además, es imprescindible refrigerar carnes, pescados, mariscos y moluscos lo antes posible tras su adquisición, desechar huevos fisurados y respetar la fecha de consumo preferente que indican los envases de este producto. A la hora de preparar la comida, hay que utilizar recipientes, utensilios y superficies limpias, evitando los alimentos poco cocidos. Bajo este prisma, la Delegación Territorial de la Junta confirmó a Diario Palentino que a lo largo del presente año, y siempre en relación con las intoxicaciones alimentarias en Palencia, se han investigado, junto con la sección de epidemiología, seis posibles brotes cuya transmisión pudiera ser alimentaria: Concretamente cuatro en residencias de mayores o centros socio sanitarios, una en un hospital y otra en un restaurante.

Según informó el Gobierno regional a este periódico de forma más pormenorizada, se realizaron inspecciones a las instalaciones por parte de los servicios veterinarios oficiales de salud pública y se tomaron muestras para su análisis en el Laboratorio de Salud Pública de Palencia.

Solo en uno de los casos investigados, concretamente en una residencia de personas mayores, el brote de gastroenteritis pudiera haber tenido origen alimentario, ya que en manipuladores de alimentos y en algún residente el coprocultivo dio positivo a salmonella enteritidis y, aunque  en los alimentos analizados no se detectó este germen, la hipótesis más probable es que se trate de un brote de gastroenteritis por intoxicación alimentaria.

Por lo demás, desde el Consejo de Colegios Veterinarios de Castilla y León advierten además que con las altas temperaturas la salmonella se reproduce con mucha facilidad, por lo que hacen un llamamiento tanto a particulares como a establecimientos públicos para seguir extremando la precaución y mantener los alimentos refrigerados.

Anisakiosis. Asimismo, el anisakis es un parásito que produce dos tipos de reacciones: una enfermedad digestiva producida por la presencia de parásitos en el tracto intestinal o bien una reacción alérgica que provoca edemas de tejidos blandos (inflamación de la glotis, mucosidad en los pulmones… derivando en algunos casos en situaciones graves). Para evitar la anisakiosis, es necesario cocinar bien los alimentos o congelar el pescado un mínimo de 48 horas. 

Para mayor seguridad en congeladores domésticos, menos potentes que los industriales, conviene mantenerlo congelado cinco días o incluso más. En caso de alergia, lo conveniente es evitar el consumo y seguir las recomendaciones médicas.