Pese a los avances en formación, la alta capacidad continúa siendo una incógnita para una sociedad que vive rodeada de mitos y prejuicios. Según datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional, en las aulas españolas se han identificado 46.238 alumnos con altas capacidades intelectuales. Sin embargo, diversos estudios científicos estiman que alrededor del 10 por ciento del alumnado presenta altas capacidades intelectuales y que un 2 por ciento corresponde a estudiantes superdotados. Con el objetivo de concienciar, visibilizar y ofrecer recursos tanto a familias como a profesionales del ámbito educativo, la Asociación Palentina para el Apoyo a las Altas Capacidades (APAC) organizó esta última semana varias actividades para poner en valor y sensibilizar a la sociedad sobre ello.
Jornadas de divulgación, mesas informativas, cursos para el profesorado o 'Escape Games' han formado parte del programa de una asociación que está cerca de cumplir tres años de vida y que tiene a sus espaldas el apoyo de más de cien familias y alrededor de 150 niños. "Estamos sorprendidos por la acogida que hemos tenido durante estos días, aunque a veces estamos teniendo problemas con los espacios que se nos ceden porque se nos quedan pequeños", explica la presidenta de la asociación, Carolina Liedo.
Desde su fundación en septiembre de 2022, la asociación ha ido creciendo poco a poco. "Para ser tan novatos y haber salido de la nada, creo que se nos empieza a ver", afirma con orgullo. Y no es para menos, en apenas dos años y medio, han pasado de ser un proyecto desconocido a convertirse en un referente provincial, con actividades que abarcan desde talleres online hasta salidas como rutas mitológicas, pensadas para que las familias de la provincia se sientan parte del colectivo. "Muchas veces decidimos hacer estas actividades fuera de la ciudad para que pudiera participar más gente del norte de la provincia", argumenta.
Se asume erróneamente que las personas con altas capacidades no necesitan apoyo o que, por el contrario, todas deben destacar académicamente y esto, no siempre es así. De hecho, una de las reivindicaciones que las familias más tienen presente es que el alumnado con altas capacidades intelectuales, debido a sus características propias, precisa de unas necesidades educativas especiales para llegar a desarrollar todo su potencial. Para Carolina, la respuesta también está en las emociones. "Su mayor necesidad es la gestión emocional", asegura. La rapidez mental de estos pequeños a menudo supera su capacidad para manejar lo que sienten, lo que puede llevarles a colapsarse. Por eso, la asociación trabaja en darles herramientas como sesiones grupales con una psicóloga para chicos de 9 a 14 años, por ejemplo, están siendo un éxito. "Están encantados y quieren seguir", señala.
La asociación palentina pretende convertirse, no solo en un lugar de apoyo, sino en un refugio donde recibir ayuda y compresión entre familias. Muchas veces se asume, erróneamente, que las personas con altas capacidades no necesitan apoyo o que, por el contrario, todas deben destacar académicamente. Y esto, no siempre es así, y, de hecho, una de las reivindicaciones de APAC es que el alumnado con altas capacidades intelectuales, debido a sus características propias, precisa de unas necesidades educativas especiales para llegar a desarrollar todo su potencial. En el ámbito educativo, el camino también es largo. "Falta mucho", reconoce. "Más recursos, más profesores, más orientadores formados", reclama. La clave, dice, está en la formación. "Un profesor que entienda las altas capacidades crea un vínculo que mejora el bienestar de estos niños. Y en la sociedad, desmitificar es urgente. Antes se creía cosas que no son, y quitar esos mitos reduce el señalamiento", afirma.
Y no solo los niños necesitan apoyo. Las familias, que llegan a veces desorientadas o con un informe bajo el brazo, buscan comprensión y un lugar donde no sentirse juzgadas. "Tenemos una comisión de acogida. Tenemos que abrir los brazos y escuchar", explica Carolina. Ya sean padres que necesitan hablar o familias que buscan aprender de otras experiencias, la asociación se convierte en un refugio. "La parte psicológica nunca nos la han dejado cuidar, ni siquiera educar", explica la presidenta de la asociación, quien reconoce que ya se han dado casos de adultos con alta capacidad dentro de la asociación. "Ahora ellos tienen que cerrar su propio puzle porque lo han trabajado con sus hijos y por eso, entre otras ideas, una de las charlas de las actividades de estos días está pensada también para ellos.
A pesar del éxito, los obstáculos son evidentes. Los espacios municipales, aunque cedidos con gratitud, no dan abasto. "Nos dan salas pequeñas pensando que solo nos reunimos adultos, pero hacemos actividades para niños y se nos quedan minúsculas", señala Carolina. La falta de un centro social amplio, como en otras ciudades, complica la logística, y la ausencia de subvenciones —"no somos una enfermedad ni un trastorno, así que no entramos en muchas ayudas"— limita su alcance.
Sin duda, uno de los desafíos diarios es el del bullying, una lacra que afecta a muchos, también toca a estos niños. "Hay acoso, sí, pero no es exclusivo de las altas capacidades. Te acosan por cualquier diferencia", reflexiona Carolina. "La sociedad muchas veces juzga a aquellos que son distintos y no hablo de ser normal o diferente porque afortunadamente todos somos distintos", señala Carolina. De hecho, en la adolescencia, la cosa se complica más. El deseo de pertenecer a un grupo choca con su forma única de ver el mundo. "Dejan de vestirse como les gusta o cambian sus intereses para encajar", explica.
La presidenta de la asociación palentina sugiere que, para poder trabajar sobre el terreno y empezar a implementar políticas que funcionen y den visibilidad lo fundamental es "más diálogo, más escucha desde el respeto". En cuanto a medidas como la flexibilización o poder adelantar un curso a los alumnos más avanzados, Carolina insiste en que debe ser un avance individualizado estudiando los casos uno a uno. "Hay que hablar con el niño, con la familia, con los profesores y ver si los beneficios superan los perjuicios", sugiere Carolina Liedo, que espera que el mensaje de que las altas capacidades no son un problema para nadie, "sino una realidad que merece ser entendida y acompañada". Y en Palencia, gracias a esta asociación, cada vez más familias lo están descubriendo.