El duro trabajo de las protectoras

Alejandro Ramos
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El papel que estas asociaciones realizan no tiene fin y cada año sigue habiendo un número parecido de abandonos de mascotas. Una delas principales causas es la intensa labor de cuidar a un animal

Genoveva de las Heras jugando con un perro en el refugio de la Asociación Protectora Amigos de los Animales de Guardo. - Foto: DP

El duro reto al que se enfrentan las protectoras de animales, sobre todo en verano, es interminable, pero gracias al arduo trabajo de voluntarios se consigue dar un hogar a todo tipo de animales, desde perros y gatos, hasta otros más exóticos. El objetivo de estas asociaciones es recuperar todos los animales abandonados o maltratados después de que la autoridad haya demostrado que lo son. Es entonces cuando ingresan en la protectora y son atendidos.

La presidenta de la Asociación Protectora Amigos de los Animales de Guardo, Genoveva de las Heras, explica que los animales acogidos «son desparasitados, los socializamos, les atendemos, visitan al veterinario y se va viendo su carácter para ver dónde se les coloca. Más tarde, les ponemos en el sitio que creemos que es el bueno para ellos, o se quedan en la protectora hasta que los adoptan o fallecen».

El proceso de adopción es un reto complicado tanto para los adoptantes como para las protectoras. Al principio se aconseja que los adoptantes vayan unos cuantos días para que se vayan conociendo y el animal no se sienta invadido. «Los adoptantes les sacan a pasear, juegan con él y hay veces que se convencen de que sí, y hay otras de que no» explica De las Heras. «Algunos piensan que nada más llegar se les da, y eso no es así», añade. Si los adoptantes proceden de localidades lejanas, la protectora trata de conocerlos por Internet para ver si son compatibles con el animal.

Ya sean de fuera o cercanos a la protectora, lo siguiente es mandarles un cuestionario de preadopción. «Le estudiamos, pero aún no nos quedamos convencidos por motivos obvios», aseguran, así que mandan una visita de seguimiento para verlos en persona, ya que «nos fiamos más de nuestra gente que va a ver al animal, porque es él quien nos dice cómo está», comenta De las Heras. «Las que nos dedicamos a esto tenemos un sentido especial, con ver como se comporta no necesito lo que me cuente la persona. Cuando ves al animalito ya sabes cómo está». 

Si todo va bien, se firma un contrato de adopción y se pide un donativo de 100 euros, los cuales van a ayudar a la protectora, y se entrega al animal «esterilizado, vacunado y desparasitado de arriba a abajo», explicó la presidenta de la asociación. Además, se da un período de adaptación de unas 8-10 semanas, dependiendo de cada caso, en el que el animal sale al nombre de la protectora y pasado ese tiempo, si no surge ningún problema, se le pone a nombre de los adoptantes.

No obstante, no siempre este proceso sale bien. Según De las Heras, los principales motivos de abandono son «que no se lleven al animal que se les aconseja y que todos quieren un cachorro pero no todos lo aguantan. Muchos creen que cuando se les da ya te olvidas, y se encuentran en una situación en la que el perro necesita que hagas ciertas cosas, o tienes que gastarte dinero y al final no pueden con ello». 

También enfatiza que es necesario tener «un cambio de chip en la cabeza» en cuanto a los animales viejos. Cuenta que la mayoría de los perros en el refugio son de mayor edad y que al no quererlos nadie se quedan allí hasta que fallecen. «Al ir a una protectora tienes que ir con una mentalidad de querer ayudar a un animal», explica la presidenta de la asociación. La mayoría de los adoptantes se niegan a adoptarlos porque les queda poco tiempo para vivir, dos o tres años en la mayoría de casos, pero de acuerdo con De las Heras, «eso es lo mejor, porque se va a morir feliz, vas a acompañarlo en sus últimos momentos y tú te vas a sentir feliz también». 

Mascotas abandonadas. Si se encuentra a un animal desamparado, lo primero que se debe hacer es reportarlo a la Policía Local, a la Guardia Civil, a la Policía Nacional o al 112. «Hoy en día la gente sigue sin saber qué hacer cuando se encuentra un animal por la calle. La protectora está para informar y atender a los que nos llegan abandonados, pero nos llaman a nosotros, tanto ciudadanos como instituciones, y eso no es así. El ayuntamiento de cada municipio es el encargado de estas tareas», concluye Genoveva de las Heras.