Jesús Méndez será este viernes  el protagonista de una nueva actuación de las V Noches Flamencas del Principal, que se enmarcan en la Gira Flamenca del Norte, ya en su 28 edición, cuyo objetivo es llevar a los mejores artistas flamencos a un ámbito geográfico alejado de su cuna. 

Con los antecedentes familiares en el mundo del flamenco, del que su tía, La Paquera de Jerez, es uno de los máximos exponentes, su inicio profesional en este arte encontraría la puerta abierta 

Lo he mamado desde pequeñito. Mi padre fue aficionado al cante desde siempre.

También contribuiría su Jerez natal, una de las cunas del flamenco

En Jerez se respira flamenco por todos los rincones y hay muchas sagas familiares cantaoras, mucho barrio flamenco. Ello propicia que en cualquier momento salte la chispa.

Barrios flamencos de Jerez: el barrio de Santiago y la Plazuela de San Miguel, tan diferenciados. ¿Hay rivalidad entre ellos?

No, rivalidad nunca ha habido. Siempre se ha compartido. Cada uno tiene su estilo y su forma de ver el cante y el baile, y ello lo que hace es enriquecer el pueblo.

Dos barrios tan cercanos, de la misma localidad, ¿cómo son esas diferencias? ¿Qué características tiene cada uno?

En el barrio de Santiago se canta muy bien y, sobre todo, posee un ritmo  muy peculiar. Es muy fácil animarte porque surge la fiesta con un ritmo muy pegadizo y muy alegre. 

En la Plazuela de San Miguel el cante es un poco más paradito, más reposado.

Aparte de su familia, ¿qué otros referentes ha tenido?

Mi padre ha sido siempre aficionado al flamenco y por ello yo, desde pequeño, he escuchado discos de Antonio Mairena, del Lebrijano… y así me fue entrando la afición. He escuchado a Tomás Pavón, Pastora, Manuel Torre, Caracol, Chocolate… a todos los grandes.

Su primer trabajo discográfico, Jerez sin fronteras, fue declarado como mejor disco           revelación.

Sí, es un disco en el que cantaba lo que me habían trasmitido mis familiares y mis primeros contactos con el flamenco. En él trasmití lo que sentía y lo que escuchaba en mi primera época como cantaor. Fue un premio muy bonito porque era un reconocimiento a lo que había vivido desde pequeño.

¿Cómo ve a la afición al flamenco?

Está en un momento muy dulce, muy bueno. En los escenarios responde muy bien. 

¿Ha habido algún cambio en esa afición últimamente?

Cuando vamos a escenarios puramente flamencos, como las peñas flamencas, se echa un poco en falta la juventud. Hay una mayoría de personas mayores, aunque en los festivales se va viendo cada vez más gente joven. Ahí tenemos que llegar, para que la juventud se sume al flamenco, pues en caso contrario estamos un poco perdidos.

Ha hablado de diferentes tipos de escenarios, ¿prefiere pequeños e íntimos, como los tablaos; o los grandes, como teatros?

Lo importante es el momento. Hay momentos en los que un teatro surge también la magia, conectas con el público y es bonito estar en uno con muchas personas vibrando con tu arte y disfrutando con tu cante. 

También hay momentos bonitos en escenarios pequeños, donde está el público más cercano, con mucha afición, viviendo el flamenco de otra forma y se vuelca contigo.

¿Con qué palos se siente usted más a gusto?

Depende mucho del momento también. Hay veces que estás cantando un palo que no es tan tuyo, por decirlo de alguna forma, o que no lo sientes tanto, pero en ese momento conectas con el público y es especial. Pero, normalmente, siendo de Jerez, las bulerías es de los cantes con los que más a gusto estoy. Las seguiriyas y las soleas, los fandangos, la malagueñas…

También ha hecho incursiones en la música clásica

He tenido la suerte de poder participar en óperas, en zarzuelas… son experiencias muy enriquecedoras, en las que se aprende mucho, y también se disfruta.

Su voz es muy propicia para esas incursiones en lo clásico

Sí. La tonalidad y la potencia me ayudan mucho para la música clásica. Es diferente al flamenco, pero cuando me solicitan ahí quieren una voz flamenca y la verdad es que encaja muy bien.

Antes de cantar para adelante, cantó para atrás ¿con qué figuras?

He tenido la suerte de cantar para Merche Esmeralda, Joaquín Grilo, Pastora Galván, Mercedes Ruiz, Carmen Cortés o Manuela Carrasco. He tenido una suerte increíble al haber podido disfrutar cantando para grandes figuras del baile.

¿Qué importancia le otorga actualmente a ser fiel a lo jondo?

Toda. Si el flamenco sobrevive etapa tras etapa es porque hay intérpretes que se mantiene fieles a lo flamenco. Yo estoy abierto a la evolución, pero siempre que se respete lo tradicional y que haya conocimiento de lo que estamos haciendo, porque si antes de conocer un género ya se está modernizando no habría formación suficiente para tratar ese género con respeto.

Viene a Palencia dentro de la Gira flamenca del Norte, ¿qué le parece esta gira?

También es un regalo poder participar en ella, pues en el norte también hay mucha afición, sobre todo trabajada por Antonio Benamargo, un promotor que respeta y ama muchísimo este arte, con mucha afición. Es un luchador del flamenco. Se preocupa y trata muy bien a los artistas, vamos como si estuviéramos en familia. Trabajar con él siempre es una alegría. Antonio es una persona que se preocupa de llevar el flamenco al norte, de acercar a los artistas a la afición; un trabajo laborioso y complicado de mantener tantos años.