Pepe Calderón no se cansaba ayer de repetir lo feliz y contento que estaba al ver, por fin, como se hacía realidad un sueño que lleva persiguiendo años, el del comedor social Siempre contentos.

«Hoy es un día muy importante para mí, estoy feliz porque esto es maravilloso», aseguraba Calderón, y es que  ya es cuestión de horas el hecho de que las personas más necesitadas de Palencia puedan acudir al comedor social. Al respecto, explicaba que tardará dos o tres días en abrir «porque queremos llevar un control muy férreo de la gente que viene, no queremos que nadie se aproveche de esto».

Calderón reconocía que ha sido largo el proceso hasta que se ha hecho realidad. «Ha costado sangre, sudor y lágrimas, además de mucha impotencia y de sentirme engañado», y es que, a pesar de su felicidad, tampoco ocultaba los desengaños que ha sufrido en todo este tiempo. «Es una obra que es mía, he recibido críticas y mucha gente diciéndome que es una locura pero aquí está, ya está acabado. Es un claro ejemplo de que se puede conseguir algo sin cobrar nada».

Calderón insistía en que el único objetivo que busca con este proyecto es evitar que, en la medida que se pueda, haya gente en Palencia que pase hambre y se mostraba enormemente agradecido a las personas que de una manera desinteresada le han apoyado y ayudado a que este proyecto sea hoy una realidad. «Se lo debe a la gente que está conmigo y que han querido colaborar de una manera directa y voluntaria», concluía Calderón.