Hungría y Polonia cargan contra la política migratoria europea

Agencias
-

Los 27 acordaron hace días el Reglamento de Crisis, la última pieza del Pacto Europeo de Migración y Asilo que quedaba por encajar, con el apoyo de una mayoría cualificada de países y a pesar del voto en contra de los gobiernos de Orbán y Morawiecki

El primer ministro polaco Mateusz Morawiecki - Foto: Marcin Obara

Los jefes de Estado y Gobierno de la Unión Europea han iniciado en Granada la cumbre informal en la que abordarán el futuro del bloque, incluida una eventual ampliación, y mantendrán un debate sobre política migratoria marcado por las duras palabras expresadas por Hungría y Polonia a su llegada a la reunión.

A su llegada al Palacio de Congresos, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, equiparó los recientes acuerdos de los Veintisiete sobre el Pacto de Migración y Asilo como una "violación" a Budapest y Varsovia, puesto que se les ha "forzado" a aceptar algo que no quieren.

"Si te violan, en términos legales, y te obligan a aceptar algo que no quieres, ¿cómo puede haber un acuerdo? Es imposible", ha sentenciado Orbán a su llegada al Consejo informal de Granada, donde ha lamentado que Budapest y Varsovia hayan sido apartadas.

Así, el primer ministro húngaro ha dejado claro que no habrá concesiones, que considera "imposibles" en términos políticos a día de hoy. "No sólo hoy, también a nivel general, durante los próximos años", ha sentenciado.

Por otra parte, ha aludido al debate abierto sobre ampliación para señalar que, antes de plantear la entrada de nuevos miembros al bloque comunitario, es necesario examinar las "consecuencias estratégicas" que implicaría. "No lo hemos hecho", ha avisado.

En el caso de Ucrania, que aspira incluso a iniciar este año conversaciones de adhesión, Orbán ha subrayado que "es un país en guerra" y que la UE "nunca" ha aceptado a un miembro en estas circunstancias, toda vez que no se sabe siquiera "dónde están las fronteras efectivas" a día de hoy.

Su colega polaco, Mateusz Morawiecki, afirmó también que se opone "rotundamente" al acuerdo cerrado esta misma semana en Bruselas para el reparto de migrantes en momentos de crisis, que juzga como un "dictado" de la Comisión Europea y Alemania.

"Polonia pone un fuerte veto a tal posición. Se lo dije ayer a muchos primeros ministros y, curiosamente, muchos están de acuerdo conmigo pero tienen miedo de este dictado que viene de Bruselas y Berlín. No tenemos miedo de este dictado, ya lo hemos demostrado", declaró Morawiecki a su llegada a la cumbre de la UE que se celebra en Granada.

En la cita en la ciudad española, los líderes de los países y las instituciones de la UE debatirán informalmente sobre el futuro de Europa y, en particular, sobre la posible ampliación de la UE y la migración, después de que este miércoles se alcanzara un acuerdo sobre el Reglamento de Crisis, la última pieza del Pacto Europeo de Migración y Asilo que quedaba por encajar.

El jefe de Gobierno de Polonia, del partido ultranacionalista Libertad y Justicia (PIS), se opone a ese acuerdo y acusó a Bruselas de urdir el plan de reparto de migrantes pactado en el Consejo de la UE en connivencia con su rival político, el ex primer ministro polaco y anterior presidente del Consejo Europeo, el democristiano Donald Tusk.

"Bruselas, con el apoyo del partido de Tusk, empezó a implementar ese plan, es decir, aceptar inmigrantes ilegales, inmigrantes, y para aquellos países que no quieren aceptar inmigrantes ilegales, imponer medidas draconianas", dijo Morawiecki.

El líder polaco añadió que reiterará al resto de jefes de Estado y de Gobierno de la UE en la reunión de este viernes que Polonia "rechaza rotundamente" el plan migratorio por varias razones, empezando por "la seguridad".

"La situación de la seguridad, ya sea en Francia, en los Países Bajos o en otros países, se ha vuelto claro que la causa de esta falta de seguridad en las calles son los inmigrantes ilegales", lanzó Morawiecki, que atribuyó a los migrantes irregulares "el 70 % de los delitos" en Francia o Suecia.

Apuntó que Suecia ha tenido que recurrir al Ejército para hacer frente a la violencia de las pandillas y dijo que Francia ha desplazado a los servicios especiales a Marsella, ciudad portuaria donde el crimen organizado está muy implantado.

"Queremos paz y seguridad y queremos previsibilidad. El gobierno de Ley y Justicia es predecible. Lo que hicimos hace cinco años es lo mismo hoy y en el próximo Consejo. Esta es la decisión de los votantes, defenderemos el derecho de los polacos a la seguridad", concluyó.