Temor a un nuevo frente en la guerra

Noemí Jabois (EFE)
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La tensión en la frontera del Líbano se ha disparado tras los choques entre Hizbulá y el Ejército hebreo, lo que eleva el miedo a que el grupo chiita entre de lleno en el conflicto palestino-israelí

Temor a un nuevo frente en la guerra - Foto: EFE/EPA/Mohammed Saber

Desde el comienzo de la guerra entre Israel y las milicias de Gaza, el Líbano se ha visto salpicado con varios sucesos que involucran al grupo chiita Hizbulá. El movimiento armado se había limitado el domingo a un toque de atención con misiles y morteros, que argumentó como gesto de «solidaridad» con los palestinos y como medida de presión para que Tel Aviv se retire de territorios disputados por Beirut. 

Sin embargo, la tensión se disparó después de que miembros de la Yihad Islámica Palestina se infiltrasen en territorio hebreo desde el Líbano, desatando una intensa respuesta israelí que causó la muerte de tres miembros de Hizbulá y el posterior envío de misiles par parte de la organización musulmana. Una escalada que continuó ayer con nuevas hostilidades entre las partes que elevan el temor a que el grupo entre de forma directa en la guerra. 

Mientras, el Gobierno libanés no quiere conflicto en momentos en que el país no tiene jefe de Estado y su Ejército se tambalea.

Desinterés 

El propio primer ministro, Najib Mikati, dejó claro que su «prioridad» es mantener la «estabilidad» en el sur y la «calma» en la frontera.

El Estado libanés busca evitar un choque que no se puede permitir, pues ni siquiera tiene presidente desde hace casi un año por un bloqueo político con impacto en diversas instituciones, entre ellas el Gobierno de Mikati, atrapado en la interinidad desde mayo de 2022.

Momentos bajos

Además, las arcas estatales no llegan ni para garantizar los servicios más básicos desde que la nación entró en una grave crisis económica a finales de 2019, situación que ha impactado de forma directa a la capacidad de las Fuerzas Armadas.

Los militares han visto como sus sueldos se han depreciado a cantidades irrisorias y los recursos disponibles se han mermado fuertemente, mientras el Ejército se sostiene como puede gracias a donaciones de EEUU o Catar.

Por libre

Con Beirut fuera de juego, los temores a una escalada giran en torno a Hizbulá, que ya libró unilateralmente una breve guerra contra Israel en 2006 sin que el Líbano participara de forma activa. Aunque aquel conflicto estalló a raíz de una emboscada similar a la del lunes en la divisoria, todo indica que Tel Aviv no tendría interés en lidiar con otro frente al norte y Hizbulá tampoco tendría a priori ganas de conflicto.

Además, a nivel político, el partido perdió el año pasado su mayoría parlamentaria y lleva meses en disputas internas.

Milicias palestinas

El movimiento chiita tiene un gran poder en el Líbano, con miembros en el Gobierno y en posiciones de alto rango dentro del Ejército, además de controlar la franja meridional fronteriza con Israel, el oriental Valle de la Bekaa conectado con Siria o los suburbios al sur de Beirut.

Sin embargo, no está claro hasta qué punto estaría involucrado en acciones lanzadas por las facciones palestinas presentes en sus áreas, como la infiltración de la YIP.

En los últimos años, otros movimientos palestinos desde territorio libanés ya habían derivado en ataques de Hizbulá, como ocurrió en 2021 cuando un envío de cohetes de esas milicias llevó a Israel a bombardear el Líbano por primera vez desde 2006 y, a su vez, el grupo chiita respondió con decenas de proyectiles. Por ello, sí se esperan nuevos incidentes fronterizos.

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