Una cruz en todo su esplendor para Quintana del Puente

DP
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Hallada en 2005 tras ser emparedada hace unos 200 años, la pieza de orfebrería es restaurada en el taller del convenio Diputación-Diócesis

Una cruz en todo su esplendor para Quintana del Puente - Foto: DP

Día significativo en el acontecer de Quintana del Puente, y es que este domingo pasado sus vecinos pudieron conocer detalles del proceso de restauración al que fue sometida una cruz parroquial que ahora pueden contemplar en todo su esplendor y que fue hallada en 2005 durante unas obras en el templo emparedada desde tiempos de la Guerra de la Independencia. 

Estuvieron junto a los asistentes que se dieron cita en la iglesia de la Invención de San Esteban el delegado diocesano de Patrimonio Artístico, José Luis Calvo; el gerente del taller de restauración del convenio suscrito entre la Diputación y la Diócesis, Antonio Rubio; la diputada de zona y alcaldesa de Baltanás, María José de la Fuente; y el párroco, Jesús Diez Sánchez. También se contó con los dos restauradores orfebres del citado taller, que proyectaron imágenes en las que ver antes y el después del proceso.

hallazgos. Según explica José Luis Calvo, en 2005 no solo se encontró emparedada esta cruz, «además apareció un misal con excelentes grabados de Juan Antonio Carmona, una separata editada en Amberes y una nota de un cura apellidado Moro en la que se puede leer que en 1808 los franceses entraron en la iglesia y lo quemaron todo; una naveta; un reloj y telas».

El delegado diocesano de Patrimonio Artístico detalla que se trata de una cruz latina trilobulada de plata y plata dorada, de hacia el año 1500, es decir, finales del Gótico. Por un lado tiene a Cristo, la Virgen, San Juan  y un  pelícano; y por el  otro al Pantocrátor y los símbolos de los cuatro evangelistas.  Destaca una decoración candelieri cincelada y flores de lis. En cuanto a la factura, José Luis Calvo señala que es de un platero burgalés.  En este sentido, comentar que ha aparecido la marca del platero, que está en estudio. Cabe decir que la cruz presentaba un estado de conservación «bastante bueno», pero con los daños propios de haber permanecido 200 años emparedada.