«Qué coño nostalgia, si estoy con ganas de un concierto»

Pablo Torres
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En el marco de la tercera edición del Pipafest, uno de los festivales de música referencia en la provincia, la icónica Orquesta Mondragón llegará a la localidad de Villada el próximo 2 de agosto. Las entradas están disponibles en la web Tickety.es

Javier Gurruchaga - Foto: Carlos Villarejo

El humor, la extravagancia y, sobre todo, la buena música han sido los ingredientes que han hecho de la Orquesta Mondragón una de las más icónicas del país. Desde su creación en 1976 a manos de su actual vocalista, el cantante y actor Javier Gurruchaga, ha recorrido la geografía nacional e internacional con su particular mezcla de pop-rock y performance sobre el escenario. 

Gran parte de su éxito proviene del carisma que siempre ha caracterizado a Gurruchaga. Este cantante guipuzcoano, de carácter multidisciplinar, cuenta con varias apariciones en la televisión, el cine y el teatro. Todo ello sin dejar nunca de lado su pasión por la música, de la que dan cuenta sus casi 50 años sobre los escenarios.

¿Se entendería a Javier Gurruchaga sin la Orquesta Mondragón?
Van a hacer 48 años ya desde que estamos funcionando, así que creo que no se entendería mucho. 

Casi cinco décadas, tiempo suficiente para apreciar cambios entre sus inicios y la actualidad
Algunas canciones han envejecido peor, otras se revitalizan, en otras hacemos algún arreglo… El trabajo se ve con el tiempo. Nos estamos haciendo mayores, pero con ganas de seguir en la carretera. 

¿Cómo hacen para continuar con ganas después de tantos años?
Mientras haya salud, el público responda y nos sigan llamando para dar conciertos, seguiremos con ganas de hacer las cosas. 

Hemos hecho hace dos años una canción contra la guerra, ¡No dispares más!. La misma realidad social te empuja a hacer guiños y reivindicaciones sobre los tiempos tan difíciles que estamos viviendo.

 Se han caracterizado siempre por una puesta en escena excéntrica y cargada de humor. ¿Cree que esas actuaciones de los años 80 podrían hacerse en el presente?
Siempre me he sentido con ganas de hacer parodia y sátira. Lo seguimos haciendo de alguna manera, aunque es verdad que, con los tiempos que corren, se es más políticamente correcto y hay que hacer algo de            autocensura. 

¿Alguna actuación que recuerde por encima del resto?
Hay muchas. Las que hicimos al comienzo tuvieron mucho encanto. Recuerdo una en nuestros primeros años, en Azcoitia, en la que salí vestido de novia y Popocho de huevo. En esos primeros conciertos la gente se llevaba muchas sorpresas. 

En Barcelona hicimos un concierto ante 120.000 personas en el que estaba el alcalde, Pasquall Maragall. Fue aposeótico, con gente cayendo al mar. Afortunadamente, pudieron regresar. 

Son citas que te marcan por muchas razones. Luego, hemos hecho conciertos con muchos grupos con motivo de reivindicaciones que te emocionan. 

¿Sienten nostalgia cada vez que se suben a un escenario y recuerdan sus inicios?
Qué coño, si estoy con unas ganas locas de que llegue un concierto. Si no fuera por eso, la vida sería horrorosa. Está llena de malas noticias. Las nostalgias huelen a polilla. 

Cuando no tengo actuaciones me dedico a leer, ver cine o escuchar música pero, los conciertos, son lo mejor que hay. 

¿Sigue siendo una «mosca cojonera» como siempre ha defendido?
Ese carácter siempre está en uno. Soy contestón, como ya era en la escuela. Siempre me ha gustado pinchar un poco.  Con los años te haces más sabio y tratas de no caer en los mismos errores que en el pasado, pero sigues siendo como siempre. 

¿Ese carácter se ve en el escenario?
Cuando salgo a cantar me gusta la música y no estar interpretando. Las canciones están dentro de esa atmósfera, pero les damos toda la verdad del mundo. Soy músico, no un humorista que canta.  

Se lanzó a las artes escénicas, pero nunca dejó la orquesta
Justo ahora acabo de terminar mi participación en una serie que próximamente tendrá éxito. La producen los Javis y trata sobre la famosa Tamara (Yurena). Lo dirige Nacho Villalondo y hago de malo mafioso.

No se puede finalizar la entrevista sin hablar de Popocho
Lo conocí a los 14 años. Siempre fue un duende maravilloso, un gran actor que sirvió también como referencia para crear canciones. Hubo muchos cantantes y letristas, como Joaquín Sabina, que escribieron pensando en él. Como decía Sabina, era el enano de Mondragón.

Mucha pena su fallecimiento porque son muchos conciertos, vivencias y momentos de risa compartidos. Eso duele, al igual que también lo hace el ver la gente que se está yendo. Es una reflexión que ves de otra manera cuando te haces mayor. 

Popocho era un gran actor. Tan pronto se vestía de hombre bala como hacía de huevo o de caperucita.