Les gusta lo que hacen y han apostado por emprender negocios de hostelería con bares otrora pujantes, reabriendo algunos cerrados desde hace varios años y otros con sucesivos cambios de gestores. Con más y menos experiencia en el sector, no reniegan del gran sacrificio económico y laboral, apostando por crear empleo y dar un servicio de calidad.

La veteranía es un grado y el matrimonio formando por Rebeca García y Luis Manuel Cortés lleva tiempo al pie de cañón detrás de una barra, primando el trato directo con los clientes que, en muchos casos, son amigos. Su inicios fueron en el bar Los Fresnos en la calle del mismo nombre y de ahí pasaron a La cervecería La Alcoholera, situada en la avenida de Cuba, en la que llevan diez años.  Justo hace un año reabrieron en la avenida de Casado del Alisal el bar Las Cepas -ahora Punto de Encuentro- y, en breve, iniciarán la gestión del Canela en Rama  después de un año de clausura en los bajos del edificio Bigar junto a la plaza de Los Juzgados.

«Nos han ido surgiendo oportunidades y el éxito de los negocios pasa por dar un poco de todo a base de un buen desayuno, un buen café, una tapita variada y otros alicientes que preparamos poco a poco», indica siempre con una amplia sonrisa en la bocaRebeca García, que rezuma optimismo y ganas de seguir creciendo junto a su marido, Luis Manuel, en el oficio hostelero.

Repunte hostelero con bares reabiertos después de tiempo - Foto: Sara Muniosguren«Al final se trata de fidelizar un poco a la gente y ese es nuestro estilo de trabajo. Vamos captando con mucho esfuerzo y dedicación a una clientela de todas las edades. Es sacrificado, sí, pero es lo que tienes y nos gusta. Vivimos en una tierra en la que quien llega a un bar agradece mucho que le hables, que compartas cosas y ofrezcas un aperitivo  junto a precios asequibles, pese a que todo suba. Para ello tenemos personal tanto nacional como procedente de otros países, entre seis y ocho trabajadores, y estamos contentos con cómo funciona en los locales», indica con vehemencia.

Jorge Ribeiro, de 22 años y con experiencia junto a sus progenitores y abuelos en el restaurante La Traserilla, desprende vocación hostelera y ha formado un tándem como socio con Daniel Cabrerizo, de 24 años y nuevo en el sector. Ambos han reabierto el  antiguo bar de tardeo y copas La Tertulia -ahora llamado El Bosque en la céntrica calle Mariano Prieto- que, salvo mes y medio activo en un cambio de dueño, se ha mantenido casi 15 años cerrado.

«Teníamos la intención de emprender algo por nuestra cuenta y encontramos este local. Más o menos estaba bien ubicado, tenemos buena fama en la ciudad, amigos, y eso influyó. También nos cuadró el tema del alquiler y hace tres semanas que abrimos», explican al unísono con la ilusión del principiante.

Repunte hostelero con bares reabiertos después de tiempo - Foto: Sara Muniosguren«Hicimos un estudio de mercado previo en una ruta con varios bares cerca. De momento, abrimos de jueves a domingo, ampliando al resto de la semana si nos conceden una terraza. Ofrecemos tapas de ensaladilla con unas palomitas, tortilla, empanada, pizzas y, en breve, unos sándwiches vegetales. Vamos a intentar ir variando en función del clima y los domingos tenemos un arroz con lechazo. Vamos incorporando en la plantilla gente joven que quiere trabajar y esforzarse y otro de los alicientes será la música con djs y actuaciones en directo», concretan.

GRUPO EMPRESARIAL. El reconocido ex-futbolista del CF Palencia Iván Pelayo cambió de oficio tras dejar la práctica deportiva y se puso al  frente primero del bar Virgo's y luego de La Venta en su localidad natal de Venta de Baños, para gestionar después la discoteca Kambala, con unas amplias instalaciones de fin de semana que incluyen también una terraza  que permitirá incorporar pronto un bar de día.

Ahora, con su mujer, Sara Asenjo, que tiene una amplia experiencia en el sector, dirigen por concesión pública la cafetería de la Comandancia de la Guardia Civil de Palencia, y a poca distancia el bar Nueva Essencia, en la calle Lola de la Fuente del barrio Nueva Balastera. Su grupo empresarial está a punto de reabrir en la avenida de los Vacceos el bar Nuevo Gil, rebautizado como Ave Fénix. «Hemos pasado por altibajos como todas las empresas y al estar cerrados por el tema Covid. A la gente le gusta alternar y se debe dar un buen servicio y producto. Abrimos en todos nuestros locales temprano hasta el cierre, de lunes a domingo, sin cierres por descanso o vacaciones», argumenta Iván  Pelayo.

Sara Asenjo se expresa en términos similares tras ochos años en la hostelería. «Vamos con una perspectiva de hacer un lavado de cara en la gestión y que en cada bar conozcan lo que somos y el producto que ofrecemos. Estamos contentos y no nos podemos quejar. Algunos dan más que otros y entre todos la cosa se compensa», concluye.