Worten baja la persiana diez años después

J. Benito Iglesias
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La plantilla de 10 trabajadores, de entre 25 y 35 años, que manifiesta que ha logrado formar una pequeña familia en este tiempo, será indemnizada y ya busca nuevas oportunidades laborales

Worten baja la persiana diez años después - Foto: Óscar Navarro

La tienda de la cadena portuguesa Worten, que se abrió en abril de 2011 en la capital, cerró ayer sus puertas muy cerca de cumplir diez años de servicio. Sonae, matriz de la multinacional, comunicó el pasado 14 de enero a la plantilla la reestructuración de la la compañía en España con la venta de 17 establecimientos a MediaMarkt y el cierre de otras 14 tiendas en el territorio nacional, entre ellas la palentina. El objetivo de esta medida de la corporación lusa pasa por acelerar la digitalización del negocio, concentrándose en el canal online, disparado el pasado año por la pandemia y con mayor rentabilidad.

La de ayer, ya que la dictadura del mercado es implacable, fue una jornada de sentimientos compartidos, sueños no completados y quizás un futuro incierto para los diez trabajadores de la plantilla de Worten, de entre 25 y 35 años, que ya busca nuevas oportunidades laborales tras desempeñar su cometido profesional junto a otros dos empleados de seguridad y mantenimiento a través de contratas externas de Worten.

Ya que el establecimiento palentino finalmente no fue adquirido por MediaMarkt, dada la cercanía con el complejo comercial de gran tamaño que posee en Valladolid, la plantilla será indemnizada con 36 días por año trabajado y un máximo de 19 mensualidades. 

Worten baja la persiana diez años despuésWorten baja la persiana diez años después - Foto: Óscar Navarrosin reubicación posible. Pablo Urbón, encargado de la tienda palentina y trabajando en ella desde su inauguración, se muestra satisfecho de la experiencia. «Este establecimiento en particular ha funcionando muy bien desde los inicios con unos resultados de ventas muy positivos y con rentabilidad. Al final, el cierre se trata de una decisión central de la matriz empresarial y poco se puede hacer», indica.

Respecto al equipo comercial que ha sabido captar y fidelizar una clientela amplia e interesada en electrodomésticos, TV, tecnología, telefonía y otros servicios, considera que «en diez años se ha formado una pequeña familia, con una plantilla muy unida y coordinada y la experiencia ha sido maravillosa hasta hoy -por ayer- donde se ha acabado con la liquidación que comenzó el 20 de enero y con casi todos los productos vendidos».

Esther Gómez, la benjamina de la plantilla de Worten en Palencia, ha desempeñado su labor durante los últimos seis años. «Empecé haciendo las prácticas cuatro horas semanales ya que estudiaba administración y, al terminar ese período, me contrataron. Este ha sido por tanto mi primer y único trabajo, del que destaco el compañerismo y que, al final, salgo con muchos amigos. A partir de ahora estoy abierta a seguir aprendiendo y tener otras oportunidades laborales en cualquier campo», asevera.

Por su parte, Guillerno Llamazares vino de Valladolid nada más abrir Worten, se quedó a vivir en Palenciay completó un ciclo profesional importante. «Llevo tanto como la tienda en la capital y me quedo con las experiencias bonitas y las que lo fueron menos, ya que la vida tiene de todo. La verdad es que da muchas pena ver cómo se desmonta lo que en su día nos encargamos de poner en marcha nosotros con mucha ilusión. Cualquier trabajo tiene su importancia, pero se hace duro irse y ahora lo que toca es tratar de buscar otros horizontes de trabajo», concluye.