Editorial

Más hogares formados que necesitan una vivienda para habitar

DP
-

El dinamismo del mercado inmobiliario no doblegará al demográfico

El Gobierno de la nación quiere aumentar la oferta de vivienda. Y eso pasa, entre otras cuestiones, por impulsar la construcción de nuevas casas o fomentar el mercado del alquiler. Es más, no hace muchas semanas la ministra del ramo, Isabel Rodríguez, anunció un cambio normativo para «agilizar la gestión urbanística» y dar licencias rápidas a los promotores. La gran pregunta que deja botando la propuesta es… ¿Realmente es la obra nueva una solución para el acceso a la vivienda en un país que tiene más de 3,5 millones de apartamentos vacíos? ¿Pueden las nuevas construcciones ayudar a bajar los precios? ¿Se puede facilitar el mercado del alquiler que satisfaga a partes iguales a propietarios e inquilinos? 

 Según el último Censo de Población y Viviendas, en la provincia hay actualmente 18.351 viviendas vacías, lo que representa el 15,76% del total de las existentes. Este porcentaje se encuentra un poco por encima del Estado (14,41%), pero casi cuatro puntos por debajo del porcentaje de Castilla y León (19,71% de viviendas vacías).

Abundando más en los datos, el 53,7% de las viviendas no ocupadas de la provincia (9.852 viviendas vacías) se encuentran ubicadas en los 20 municipios de más de 1.000 habitantes. Si obviamos a la capital, en los 19 municipios de más de 1.000 habitantes están algo más de un tercio de las viviendas no ocupadas de la provincia (34,66% y un total de 6.360 viviendas vacías). 

Por lo demás, una de las propuestas que siempre se ponen sobre la mesa para aumentar la oferta residencial y reducir los precios es movilizar la vivienda vacía y ponerla en alquiler. Sin embargo, ¿serviría realmente para algo? El Banco de España se ha pronunciado al respecto y tiene una respuesta clara.  El banco central nacional estima que la capacidad para aumentar la oferta de vivienda mediante la movilización de pisos vacíos sería «relativamente limitada», ya que en realidad la mayor parte de esas viviendas se concentran en las zonas con menor dinamismo demográfico como puede ser el de Palencia.

En cualquier caso, el problema de la vivienda es recurrente y que tiene difícil solución, pero no solo a orillas del Carrión sino en todo el conjunto del país. 

Entretanto, más hogares formados que nuevas viviendas en las que vivir. Esta es la realidad a la que se asoma Castilla y León según el Banco de España, que dibuja un escenario entre 2022 y 2025 en el que el dinamismo del mercado inmobiliario de la comunidad no servirá para doblegar al demográfico, impulsado principalmente por la llegada de inmigrantes. Por lo tanto, se necesitan medidas urgentes que puedan dar satisfacción a todas las partes.