Los símbolos habituales de los pueblos y las ciudades son las banderas que ondean en los edificios oficiales y los escudos, pero en el noroeste de la provincia también se utilizó antaño el pendón y cada vez es más frecuente verlo en celebraciones civiles y religiosas. El Día de la Provincia o la fiesta de Nuestra Señora del Valle, en Saldaña, son dos ejemplos de ello. Hay orgullo por esta tradición que resurge y no son pocos los vecinos que desfilan ufanos con su distintivo allá donde se les reclama.
Ayer fue el turno de Guardo y la sexta concentración de pendones, que estuvo organizada por la concejalía de Cultura. 57 pendones y seis pendonetas (símbolos de menor tamaño) procedentes en su mayoría de localidades de Palencia, León y Burgos protagonizaron un desfile que arrancó en torno a las once de la mañana de la plaza del Otero y pasó por la calle Mayor, avenida de Castilla y León, calle Río Chico y calle Santa Bárbara hasta detenerse en la plaza del Ayuntamiento, donde se procedió a nombrar a todos las entidades participantes. Acto seguido, colocaron el pendón y la bandera guardenses en el centro y se bailaron todos los estandartes.
Además, hubo tiempo para las danzas regionales, que corrieron a cargo de las Agrupaciones Folclóricas de Guardo y Picos de Europa de Cangas de Onís. Posteriormente, la comitiva se trasladó a la plaza de la Constitución, donde se puso el broche final a la concentración con una comida de hermandad en la que tomaron parte unas 370 personas, según explicó Francisco Javier Liébana, de la Asociación de Pendoneros de Guardo.
El balance de la jornada tradicional fue positivo y no se registró ninguna incidencia. «Ha sido un año fenomenal. Salió todo como la seda y, además, hubo una temperatura muy buena», destacó Liébana, que quiso agradecer la colaboración de todos los patrocinadores de la pendonada, que vino precedida del Festival Internacional de Coros y Danzas de Guardo que se celebró el sábado por la tarde y en en que participó, junto al grupo local y el de Cangas, la Asociación Estampas Burgalesas.