Santos Cerdá, fontanero mayor con título en FP, presumiendo de su paciente trabajo para lograr la investidura del presidente, confesó que a principios de marzo ya estaba pactando con Junts, evidentemente por mandato de la presidencia. Y por entonces Sánchez repetía hasta hartar que no había pacto. ¿Mintió Cerdá o Sánchez?  Al final del trayecto hay amnistía, condonación de deudas y se espera auto-gobiernos en plural, porque tendrán las condiciones idóneas varios independentistas.
Un cambio de opinión no se establece para tapar la verdad. Eso, en toda tierra de garbanzos, es una mentira. Ahora Luis María Ansón, padre de una generación de periodistas nos dice que el presidente tratará en estos cuatro años de mandato legislativo de crear una crisis constitucional para modificar la Constitución de la Transición del 78 y adaptarla a una nueva, base con modelo social de una república, la III República Española de la que Sánchez sería presidente. Bildu ya anda diciendo que las Constituciones se modifican.
Se ha pasado a controlarlo todo, desde la judicatura hasta los elementos subversivos de las manifestaciones para reventarlas de origen. O las instituciones de defensa nacional, Guardia Civil y Ejército que han resultado dañadas. ¿Qué ha pasado del mando de la Guardia Civil que Marlasca ya tendría que haber repuesto en su sitio? O con los guardias civiles que se han opuesto a la amnistía. Y pasará a los periodistas de libre pensamiento. Y veremos lo que dice la Reina Letizia cuando la República, de la que ella era partidaria margine a la Monarquía.
Sánchez ha prometido ante el Rey «guardar y hacer guardar la Constitución», lo tendría que hacer con su media España, porque la otra media la tiene enfrente tras su muro, una vez rota la unidad española de la Transición con un emergente frente popular, gobernado por «el poder soy yo». Como dijo en la Investidura.
Lo que hoy se niega, expulsando a las chicas de la curva, tendrá corta duración, porque reaparecerán en cunetas y carreteras sombrías. Querrán tener su parte alícuota de vida.
Quizá el maestro Ansón y yo solo tengamos intuiciones. ¿No creen ustedes?