Se tiene certeza de que estas tierras fueron habitadas desde fechas muy remotas, pues se han encontrado vestigios de muy diferentes culturas hasta el momento en que nosotros queremos arrancar nuestro relato, que es la fecha de la reconquista cristiana de manos de los sarracenos.
La villa de Monzón de Campos (Palencia) fue reconquistada de manos agarenas entre los años 882 y 889 por huestes de la corona asturiana, entonces en las sienes de Alfonso III el Magno, quien ordenó su inmediata repoblación con gentes cristianas del norte peninsular e incorporando población mozárabe de al-Ándalus, así como construyendo edificios con simbología y doctrina cristiana, como iglesias, conventos y monasterios; inmediatamente se nombraron responsables políticos, condes, como tenentes que se encargarían de defender territorios, vidas y haciendas cristianas de las incursiones, razias árabes.
El nombre primitivo de la villa era Monteson, y figuraba como cabeza de un territorio jurisdiccional que comprendía lugares como: Cisneros, Quintana Mediana, Santa María de Carejas, El Campo y otras aldeas y lugares. Según aparece en el libro Tumbo, cód. 11, procedente del monasterio de Santiago de León.
Tumbo o becerro, era un cartulario en pergamino donde los monasterios, catedrales, iglesias o concejos registraban datos de interés para su historia y control de sus privilegios, donaciones, escrituras y pertenencias.
En el año 904 aparecía la primera referencia escrita de la existencia de Monzón y su castillo, que decía así: «…de quantum abeo in suburbio de kastro quod dicitur Monteson…»
La villa de Monzón de Campos fue el centro de uno de los condados altomedievales integrado en el reino de León, luego incorporado al condado de Castilla durante el gobierno del conde García Fernández durante el último cuarto del siglo X.
Será años después, ya con Ramiro II de León, tras la batalla de Simancas que tuvo lugar entre los día 1 y 6 de agosto de 939, cuando la villa de Monzón comenzó a cobrar cierta importancia con la aparición de su primer conde, Ansur Fernández, del antiguo linaje llamado por los árabes Banu Ansúrez, oriundo del condado de Castilla, citado por primera vez en el año 943. Este nombramiento condal molestó sobre manera a Fernán González, conde de Castilla, pues con él veía topada su expansión hacia esa zona, y se rebeló. El rey Ramiro II no titubeó y encarceló al conde castellano desposeyéndole del condado de Castilla y cediéndoselo a Ansur Fernández, hasta la devolución de la dignidad condal a Fernán González en 945.
El conde Ansur Fernández emprenderá una reforma territorial que llevará los límites del condado de Monzón a su máxima extensión, englobando poblaciones como Peñafiel (Valladolid), Sacramenia y Cuéllar (ambas en Segovia), siendo su frontera sur el río Duero. En esta época, la villa de Monzón disponía de dos fortalezas que dominaban un amplio territorio entre los condados de Castilla y de Saldaña.
Cuando el día 13 de mayo de 1029, García Sánchez, conde de Castilla, de tan solo veinte años, se dirigía a la iglesia de San Juan Bautista en León a contraer matrimonio con la infanta Sancha, hermana de Alfonso V de León, la comitiva condal fue asaltada por los hijos de un conde castellano disidente de la familia de los Vela, dando muerte al joven novio.
Sancho Garcés III el Mayor de Pamplona, cuñado de García Sánchez, enseguida sitió el castillo de Monzón, donde se habían refugiado los homicidas, y luego de tomarlo, envió a los asesinos a la hoguera, degollando a todos los defensores de la fortaleza, según cuentan las crónicas. El rey Sancho Garcés III el Mayor de Pamplona, entonces tomó el título de conde de Castilla, que pertenecía a su esposa Muniadona de Castilla, hermana del conde asesinado.
La primera de estas fortalezas se emplazaba en el lugar donde se han encontrado restos de otros asentamientos de épocas muy remotas, y actualmente llaman Los Castrillones. Era el hogar habitual de los condes de la época, se cree que fue abandonada en algún momento del siglo XII. La otra ocupaba el mismo solar que el actual castillo, del que se supone que únicamente los cimientos de la torre del homenaje son procedentes de época altomedieval, el resto es producto de las múltiples remodelaciones llevadas a cabo durante los siglos XII al XIV. Este castillo fue el centro de poder del condado de Monzón, durante el gobierno de la familia Ansúrez.
Con el conde Fernando Ansúrez, hijo del anterior, la villa logró su máximo esplendor, pues su hermana, Teresa Ansúrez, se casó con el rey Sancho I el Craso de León, de cuya unión nacería el más tarde el rey Ramiro III de León, y el condado vio aumentado su territorio con las poblaciones de Tariego y Dueñas. Tras la muerte de Sancho I el Craso, el 19 de diciembre de 966, la reina viuda. Teresa Ansúrez, tomó los hábitos e ingresó en el monasterio de San Pelayo de Oviedo del que llegó a ser abadesa.
Las continuas incursiones de Almanzor hacia el norte peninsular eran sumamente devastadoras, y Monzón no escapó de sus razias, pues en una de ellas murió el conde Fernando Ansúrez en la defensa de villa de Cuellar contra las huestes de Almanzor en el año 985; entonces el condado de Monzón quedó sin gobierno y pasó a manos de la reina viuda, ahora madre abadesa, Teresa Ansúrez, quien parece que dejó sus posesiones en Campos a un tal Zuleimán para que las administrase.
En algún momento, quizás antes del 990, García Fernández, conde de Castilla, se hizo con el dominio del condado de Monzón uniéndolo al condado de Castilla.
En 1109, el castillo de Monzón fue el escenario del enlace matrimonial de la reina doña Urraca I de León y Castilla, llamada la Temeraria, con Alfonso I el Batallador de Aragón, unión acordada por el padre de Urraca, Alfonso VI el Bravo, con la intención de unir las tres coronas León, Castilla y Aragón en una misma persona, pero el indomable carácter de ambos contrayentes, unido a las fuerzas centrífugas de las noblezas de los tres reinos, frustró el temprano y grandioso proyecto. La misma doña Urraca, cuando las cosas empezaron a ir mal con Alfonso I, en una célebre carta dirigida a su primo y confidente, Fernando García de Hita, señor de Hita, Uceda, Guadalajara y Medinaceli, denunció que había sido forzada a contraer aquel matrimonio contra su voluntad.
Aquella unión matrimonial que nacía con la ilusionante esperanza de unir todos los reinos de la península ibérica bajo una misma corona, fue un estruendoso fracaso, acentuado por la dramática separación posterior que dio paso a uno de los mayores escándalos políticos de la historia de la corona de León y Castilla, provocando una ruidosa y sangrienta guerra civil en todo el reino.
El año 1351, Sancho Sánchez de Rojas recibió como donación real el condado de Monzón, donde construyó un palacio en el lugar que hoy ocupa el ayuntamiento, y del que se conserva una buena parte de la muralla que lo circundaba, algunas columnas, arcos instalados en la plaza y una ventana de doble arco colocada en la iglesia del Salvador.
El documento de donación dice así: «La villa de Monzón con su fortaleza, torre, aldeas, con la de Valdespina, términos de unas y otras, valles, montes, prados, pastos, molinos, azeñas, huertas, dehesas, viñas, tierras, casas, martiniega, portazgo, recuaje y todas las otras cosas que pertenecen al cillero de Monzón, las rentas, pechos, divisas y servicios, justicia, señorío, mero misto imperio e demás cosas, escepto el derecho de hospedage y minerales; fue dado por el Rey de Castilla, don Pedro I a Sancho Sánchez de Rojas, su vallestero y copero mayor, en Sevilla a 20 de enero, era de 1389, que corresponde al año 1351; confirmado y dado privilegio en las Cortes de Valladolid el 31 de octubre dicho».
La guerra civil castellana entre 1366 y 1369 que terminó con el Regicidio de Montiel en la noche del 23 de marzo del año 1369, y como consecuencia de tal final, la entronización de la Casa de Trastámara en la corona castellano-leonesa, generó una extraña animadversión hacia las comunidades judías en todo el reino, y la villa de Monzón, que tenía entre sus habitantes una importante aljama judía, fue arrasada en 1366. Más de un siglo después, los judíos que quedaron viviendo en los restos de la aljama de Monzón recibieron una comunicación de la corona por la que se les anunciaba que tenían que pagar una contribución a la guerra de Granada durante los años 1489 al 1491.
Año 1519, don Diego de Rojas y Pereira, VII conde de Monzón y V señor de Poza de la Sal (Burgos), creó por escritura pública el mayorazgo de Monzón de Campos y Poza de la Sal en beneficio de su hijo, Juan de Rojas Rojas, luego primer marqués de Poza de la Sal, por real orden de 1530.
El año 1520, Diego de Rojas y Pereira, conde de Monzón y gobernador de Galicia, solicitó ayuda a la ciudad de Palencia para luchar contra las huestes comuneras en la villa de Dueñas. Al año siguiente, el obispo don Antonio Osorio de Acuña, al frente de tropas comuneras saqueó la villa de Monzón.
El año 1598, don Francisco de Rojas Enríquez, conde de Monzón y tercer marqués de Poza de la Sal, solicitó a la corona autorización para acrecentar el mayorazgo de Monzón y Poza. En 1653, Juana de Rojas y Córdoba, condesa de Monzón y marquesa de Poza, nieta del anterior, recompró la casa de pajes en Monzón de Campos.
Y en 1808, durante la guerra de la Independencia, los vecinos de Monzón se enfrentaron a los franceses en la villa de Torquemada.
LUGARES DE INTERÉS. El Castillo. Entre los años 1966 y 1972 se completó la restauración-modificación que habilitaba el castillo como Parador Nacional, con una distribución interior recreando un cierto ambiente histórico, aunque solo estuvo abierto como tal tres años.
El Ayuntamiento ocupa el espacio donde estuvo el palacio de los Rojas, luego condes de Altamira.
La iglesia parroquial de El Salvador. En la Capilla de San Antonio está instalada la joya de la parroquia: el retablo de Nuestra Señora de los Ángeles. Esta iglesia es el templo panteón condal, donde están los enterramientos de los condes de Monzón.